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Un equipo científico liderado por el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) ha observado un descenso sostenido y sin precedentes de virus marinos en el Mediterráneo noroccidental durante las últimas dos décadas. Los resultados, basados en la serie de datos del Observatorio Microbiano de la Bahía de Blanes, se han publicado en la revista científica ISME Communications.

La abundancia de virus en el agua del mar ha disminuido de forma continua desde 2011

Los resultados del estudio han permitido comprobar que desde 2011 la abundancia de virus en el agua del mar ha disminuido de forma continua, coincidiendo con un aumento progresivo de la temperatura y la transparencia del agua del mar, así como una reducción significativa de los nutrientes y la biomasa del fitoplancton (conjunto de pequeños organismos fotosintéticos acuáticos que capturan CO2 de atmósfera).

Estos cambios están implicando un empobrecimiento en nutrientes del agua.

Las repercusiones del declive de virus marinos

Los virus marinos cumplen funciones críticas en los ecosistemas: regulan las poblaciones de microbios, reciclan nutrientes y pueden favorecer el transporte de carbono hacia el fondo del océano, un proceso clave en la regulación del clima planetario.

El descenso de la abundancia de virus marinos podría tener consecuencias importantes para los ecosistemas y la sociedad. La alteración del control de las poblaciones microbianas y del reciclaje de nutrientes pueden acelerar la disminución de la productividad marina y alterar la estabilidad de la cadena alimentaria.

Según Dolors Vaqué, investigadora del ICM, "si los virus disminuyen, también se modifica la manera en que los nutrientes circulan en el océano. Vaqué apunta que "esto puede afectar no sólo al equilibrio de los ecosistemas costeros, sino también a actividades humanas como la pesca"

Un observatorio único en el mundo situado en Blanes

Los datos usados para la investigación han sido generados por el Observatorio Microbiano de la Bahía de Blanes, donde desde 2001 recogen regularmente, cada mes, muestras de agua superficial. La serie de datos, de más de dos décadas, convierte este observatorio en único en el mundo por el hecho de estudiar la dinámica microbiana a largo plazo.

El estudio es fruto del esfuerzo colectivo entre varios investigadores del ICM-CSIC que mantienen operativo el Observatorio de la Bahía de Blanes. El equipo investigador trabaja actualmente en secuenciar y analizar el material genético de los virus recogidos estos años para determinar si la pérdida de abundancia también implica cambios en la diversidad genética de las comunidades de virus.

Finalmente, también aseguran que la tendencia observada en Blanes es generalizada en toda la cuenca mediterránea.