Para muchos, los lavabos del centro comercial Westfield Glòries son solo un espacio funcional, un lugar de paso. Pero para quienes han trabajado allí, la experiencia puede ser muy distinta.
Varios exempleados de tiendas y servicios de limpieza han relatado a Metrópoli cómo el 'cruising', las citas rápidas y los tocamientos en los baños se han convertido en un problema cotidiano que difícilmente encuentran solución.
Centro comercial Westfield Glòries METRÓPOLISeñales y horarios
“Cuando trabajaba allí, algunos compañeros me comentaban que ciertos baños son puntos de encuentro. Había señales entre los usuarios y prácticas que incluían tocamientos e incluso ofertas de dinero a cambio de actos sexuales”, cuenta a Metrópoli un exempleado que prefiere permanecer en el anonimato y que trabajó en el centro comercial durante dos años.
El trabajador se puso en contacto con este medio tras la publicación de la denuncia de un usuario. Según su relato, los lavabos más céntricos, con sofás de espera fuera, eran los más transitados y los que concentraban la mayor actividad de este tipo.
Casos de 'cruising'
Los testimonios incluyen incidentes que rozan la violencia: una limpiadora resultó herida cuando fue empujada accidentalmente por dos hombres dentro de un baño. “No pudo coger la baja por el periodo de prueba y la presión laboral. Fue indignante”, afirma el exempleado.
Otro caso relatado describe a cinco hombres tocándose mientras un bebé estaba presente en un carrito. “Es asqueroso. Y si les dices algo, reaccionan con agresividad”, añade el entrevistado.
Centro comercial Westfield Glòries METRÓPOLI
Una primera advertencia
Una encargada de la limpieza también aporta su experiencia a Metrópoli. La mujer trabajó en Glòries entre 2022 y febrero de 2024. Explica que, desde su primer día, ya la advirtieron de lo que se encontraría: “Me dijeron que tenía que hacer repasos en los lavabos y que por la mañana no tendría problemas en el de hombres. Me alertaron sobre el 'cruising', que yo no sabía ni lo que era", explica la afectada.
"Me explicaron que algunos hombres quedan para encuentros en los baños y que pasa en todos los centros comerciales. Que algún día me lo encontraría y que llamara a seguridad si lo veía”, relata.
Lavabos cerrados
La advertencia se cumplió pronto. La trabajadora empezó a ver “cosas raras” y a encontrarse a hombres dentro de los lavabos en actitudes comprometidas.
Asegura que la mayoría de compañeras habían vivido situaciones similares, especialmente una trabajadora veterana que estaba de baja cuando ella llegó: “Esa compañera era la única que podía cerrar los lavabos de hombres cuando hacía el repaso de limpieza. Se lo permitían porque había vivido una situación muy fuerte”.
Aquella limpiadora sufrió un episodio especialmente grave. “Entró al baño y se le encararon dos hombres a los que llamó la atención. La llegaron a agredir empujándola”, relata su compañera.
"Son muy descarados"
La mujer afirma que en esos casos, se llamaba a la seguridad del centro, pero no era suficiente. "No se puede controlar", lamenta. "Son muy descarados. Hay cuatro lavabos en Glòries y prácticamente se pasan del uno al otro. Pueden estar horas así. Esto es un motel”, añade.
La empleada sostiene que el fenómeno no solo es persistente, sino que está protagonizado por personas que acuden de forma habitual: “Son siempre los mismos. Hay de todas las edades. Algunos incluso cobran. A una compañera vino un hombre mayor a reclamarle que le había dado 20 euros a un chico y que se había ido sin realizarle el servicio”.
Centro comercial Westfield Glòries METRÓPOLI
Entre los casos que más la impactaron está el de un joven trabajador del centro comercial: “Tenía 21 años, pero parecía más joven. Salía rojo cada vez que iba al lavabo. Siempre se le intentaban insinuar. La primera vez le intentaron meter mano", recuerda.
Recogida de firmas
Los trabajadores han intentado visibilizar la problemática. Hace meses, se recogieron firmas entre los empleados para alertar a la gerencia, pero la iniciativa no prosperó: “Hablamos con gerencia, pero no se tomaron medidas. Pedimos más seguridad y se nos negó”, explica el exempleado.
Incluso el personal de seguridad ha reconocido su impotencia: “No pueden hacer mucho en los lavabos, solo dar una vuelta o intervenir en casos extremos”, añaden los consultados para esta pieza.
Refuerzo de seguridad
Por su parte, la dirección de Westfield Glòries asegura a este medio estar al tanto de la problemática en sus instalaciones.
Añade que, para aplacar las consecuencias, se han adoptado medidas como el refuerzo de la seguridad y el aumento de rotaciones del equipo de vigilancia.
Un entorno "insalubre" y "hostil"
El fenómeno del 'cruising' en Glòries no solo afecta a la seguridad y el confort de los trabajadores: también genera un entorno que muchos consideran "insalubre" y "hostil".
“Hay gente que vive prácticamente en el centro, pasando todo el día rondando, intentando ligar o generando conflictos. Era agotador”, relata el exempleado.
Un debate sin respuestas
Más allá de los testimonios personales, este fenómeno plantea preguntas sobre la seguridad, la salud pública y la responsabilidad de los centros comerciales.
La convivencia entre quienes trabajan y quienes usan estos espacios para encuentros sexuales sigue siendo un reto sin solución clara.
