El pasado domingo se registraron más de 200 l/m2 en la Comunidad Valenciana y el recuento de rayos más alto en un mes de diciembre desde el año 2000. ¿Podría estar cambiando la forma de llover en invierno?
El episodio de lluvias torrenciales del otro día en la Comunidad Valenciana sorprendió por su intensidad, pero no fueron las lluvias el único fenómeno adverso registrado. Frente a las costas de la Región de Murcia se formaron hasta tres mangas marinas simultáneas, una de ellas provocando graves destrozos en el puerto de Mazarrón. Por otro lado, la delegación de la AEMET en Valencia confirmó que el pasado 28 de diciembre fue el día con más rayos registrados en la Comunidad Valenciana en al menos 25 años. En total se registraron 1513 rayos, una cifra extraordinaria en invierno y en uno de los meses con menor insolación.
Diciembre acaba con más de 400 l/m2 en la Comunidad Valenciana y un evento excepcional para la época
Según datos de AVAMET, este diciembre ha caído en un mes lo que podría precipitar de media en todo un año en algunas localidades de la Comunidad Valenciana. Se registraron hasta 473 l/m2 en Simat de la Valldigna (Safor) y 447 l/m2 en Beniflà (Valencia). El día más adverso del mes fue el pasado domingo, con acumulados en 24 horas de hasta 259 l/m2 en Simat de la Valldigna y 242 l/m2 en l'Alcúdia. Esta situación llevó a la AEMET a activar avisos rojos por acumulados de más de 180 l/m2 en 12 horas, un hecho poco común por estas fechas.
En condiciones normales, el Mediterráneo se va enfriando a lo largo del otoño y su potencial para generar episodios de tormentas intensas se neutraliza hacia finales de noviembre. Incluso las profundas depresiones en altura asociadas al frente polar no son capaces de generar episodios adversos más allá de los típicos aguaceros de breve duración en las entradas frías post-frontales. La situación atmosférica del otro día se desmarcó de lo que sería habitual en invierno: había depresiones en niveles altos con aire frío asociado, pero sin borrascas profundas en superficie.
La borrasca en este caso se encontraba en el Golfo de gádiz, con bajas presiones secundarias al norte de África. Esta distribución de bajas permitió la formación de un río atmosférico mediterráneo, con vientos de levante arrastrando humedad hacia las costas del levante peninsular. El río atmosférico intensificó las lluvias debido al aporte extra de vapor de agua, combinado con el relieve del interior de la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia. Por otro lado, la temperatura del Mar Balear se encontraba a unos 16 ºC. Puede parecer poco, pero la anomalía es de +1 a +2 ºC.
¿Está cambiando la forma de llover en invierno?
Es posible que un Mar Mediterráneo cada vez más caliente durante más tiempo implique un superávit de vapor de agua aportado a la atmósfera, que no estaba presente hace 20 o 30 años. Este excedente de humedad podría jugar a favor de episodios de lluvias más intensos en invierno, con mayor inestabilidad asociada.
Recientes investigaciones, como la llevada a cabo por Sergi Corral, apuntan a una caída abrupta de la incidencia de vientos de Tramontana en el Mediterráneo occidental en los últimos años. Menos Tramontana implica, que el principal refrigerante natural del Mediterráneo occidental se está desactivando y, por otro lado, que una disminución de la ciclogénesis en el Golfo de Génova podría implicar que nuestro clima se está "subtropicalizando".
Algunos estudios apuntan a una ralentización del chorro polar con el cambio climático, con patrones atmosféricos más persistentes. ¿Podría esto dar lugar a dinámicas más convectivas en invierno, con menos precipitaciones de tipo frontal en el Mediterráneo?
Todas estas conjeturas habrán de materializarse en forma de estudios y con series de datos más largas, para superar el "ruido" inherente a la elevada variabilidad interanual de la meteorología mediterránea. En cualquier caso, el evento del otro día es una clara advertencia de que la temporada de lluvias intensas y tormentas podría estar alargándose más allá del otoño.
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