Intento de asesinato en Pedralbes: la riña entre cocineros que se saldó con dos puñaladas
Tres años después a M.B (37 años) aun le duele la mano derecha, especialmente con los cambios de temperatura y la humedad londinense, ciudad donde reside actualmente. Abandonó Barcelona poco después del traumático episodio que le obligó a dejar el oficio de cocinero. Ahora reparte paquetes en una motocicleta.
La tarde del ataque, este español de origen pakistaní tuvo mucha suerte. Así lo afirman los Mossos d’Esquadra en las diligencias de la investigación en las que figura como víctima de un intento de homicidio por un compañero de trabajo en el restaurante Central Park de Pedrables. El caso llega este miércoles a juicio en la Audiencia de Barcelona. S.N.P (de unos 50 años) se enfrenta a ocho años de prisión.
CUCHILLO DE 30 CENTÍMETROS
La tarde del 10 de enero de 2019, este cocinero de origen filipino asestó dos puñaladas a M.B con un afilado cuchillo de cocina de 30 centímetros de longitud. La causa de la agresión: una disputa por una tarta de queso. El primer golpe impactó contra la mano derecha de su víctima y el segundo le alcanzó el abdomen. Un tercer navajazo solo logró cortar el aire a pocos centímetros de su corazón. “Solo la defensa activa de la víctima que tenía los brazos cruzados sobre el pecho y la rápida actuación de uno de los testigos impidió que el cuchillo llegase a una zona vital”, señalan los mossos en las diligencias a las que ha tenido acceso Metrópoli.
No era la primera discusión entre ambos implicados. Lo relataron varios compañeros de trabajo ante los agentes. También explicaron que la víctima solía gastarle “bromas” y “burlas” al agresor. Uno de ellos definió su relación de "amistad, aunque tóxica” debido a las chanzas que le lanzaba. M.B, sin embargo, explicó a los policías que hasta ese día tenían una buena relación. Según el mismo relato de la víctima, esta le reprochó al atacante que no sabía hacer una tarta de queso. En ese momento, el acusado intentó, sin éxito, agredirle con una sartén. El hombre intentó resolver el conflicto fuera de la cocina y acto seguido se dirigió a los vestuarios. En ese momento sufrió el ataque del cuchillo en mano.
EL AGRESOR: "HABÍA CONSUMIDO 'SHABU'"
En el procedimiento judicial, la abogada del agresor argumentó que ese día el hombre había consumido shabú, una metanfetamina consumida casi exclusivamente por ciudadanos filipinos "para afrontar largas jornadas de trabajo". El consumo de esta droga, sigue, "provoca agresividad, afecta al sistema nervioso y le impidió conservar sus capacidades cognoscitivas y volitivas".
La defensa del atacante apunta a la supuesta "mala relación entre el trabajador accidentado y el resto de la plantilla". Esta nociva relación se plasmó en un informe del 2 de febrero de 2020 de Inspección de Trabajo. "Sin ánimo de acabar con la vida del hombre y con la voluntad de asustarlo y de que cesara su actitud constante de hostigamiento hacia su persona, mi defendido le clavó un cuchillo de cocina en la mano derecha, así como en su flanco izquierdo, zonas que no son vitales en absoluto, según han informado los médicos", apunta la letrada.
INTENTO DE ESCONDER LA AGRESIÓN
El cocinero agredido sostiene que los encargados de este restaurante ubicado en la calle de Pedro i Pons, en una acomodada zona de Barcelona, intentaron esconder la agresión para evitar una denuncia contra el agresor. “Aprovechándose de que estaba herido y nervioso me obligaron a decir que fue un accidente por las escaleras y no una agresión de un compañero”, relata la víctima en la denuncia. El hombre hizo caso omiso de la petición de sus jefes y llamó a dos amigos que lo llevaron al Hospital Dexeus.
Los informes médicos, el relato de la víctima y testigos, junto a las imágenes de la cámara de seguridad de la cocina son concluyentes, según los investigadores: "Se observa como agrede a la víctima con clara intención de matar. Si la víctima no se hubiera protegido con sus manos hubiera sufrido lesiones graves al órgano vital", insisten los agentes.
25.500 EUROS DE INDEMNIZACIÓN
S.N.P fue detenido el 23 de enero en la comisaría de Les Corts tras negarse a declarar. Este vecino de la ronda de Sant Antoni se enfrenta a una indemnización de 25.500 euros. Es la cifra que reclama la abogada de la víctima por el prejuicio ocasionado. La Fiscalía rebaja la petición de cárcel a siete años por un delito de homicidio en grado de tentativa y la indemnización a 13.865 euros. Ambas partes, acusación particular y Ministerio Público, consideran que el restaurante Central Park debe responder de esta indemnización de manera subsidiaria.