lunes, 2 de mayo de 2022

Canal Historia : La Historia de Helm Mano de Hierro (Manomartillo), Rey de Rohan

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La Historia de Helm Mano de Hierro (Manomartillo), Rey de Rohan 


En este vídeo os cuento la historia de Helm Hammerhand (Manomartillo, Mano de Hierro), el noveno rey de Rohan, hijo de Gram, hijo de Déor, hijo de Goldwine, hijo de Féawine, de la Casa de Eorl el Joven, señor de los Éothéod y primer rey de la Marca. Se trata del rey con más renombre de entre todos los que hubo entre Eorl y Théoden, en cuyo honor reciben nombre el Abismo de Helm (Helm's Deep) y la fortaleza que hay en su interior, llamada Cuernavilla (Hornburg). Tenía tres hijos: Haleth, Háma y una hija cuyo nombre desconocemos. Su hermana Hild tenía a un hijo, Fréaláf. La crisis en el reinado de Helm llegó por manos de los Dunlendinos y sus aliados, Freca y Wulf, quienes invadieron Rohan al mismo tiempo que los enemigos de Gondor desde el este y el oeste. Helm se refugió en Súthburg, donde pasó el Largo Invierno, que duró cinco meses entre los años 2758 y 2759 de la Tercera Edad de la Tierra Media y en el que tanto los Rohirrim como sus enemigos sufrieron mucho. Helm se volvió loco por la hambruna y la pena por la muerte de sus dos hijos, así que cogió la costumbre de salir de noche y atacar los campamentos de sus enemigos, matándolos con las manos desnudas.



https://youtu.be/oB9SdFFSrpo

El descubrimiento de Dandan Oilik, la ciudad perdida en la Ruta de la Seda

El descubrimiento de Dandan Oilik, la ciudad perdida en la Ruta de la Seda





La Brujula Verde   ..........   Por Guillermo Carvajal 



El 14 de enero de 1896 el explorador sueco Sven Hedin partió de Jotán, ciudad de la antigua ruta de la seda en el desierto de Taklamakán, en el extremo oeste de China. Le acompañaban cuatro hombres con tres camellos y dos burros, cargados con provisiones para 50 días siguiendo el curso del río de Jade Blanco (hoy Yurungkash), llamado así por la enorme cantidad de jade aluvial que transportaba.



Después de cinco días abandonaron el curso Del Río y se internaron en el desierto, dirigiéndose hacia el este por entre las dunas de más de 15 metros de altura. El 24 de enero, en mitad del desierto, encontraron unas ruinas.



El 24 de enero dejamos el campamento para cuidar de nosotros mismos, mientras que, con los hombres viajando como de costumbre a pie, y llevando palas y hachas en sus manos, monté mi camello a pelo hasta las ruinas, que ahora estaban en nuestra vecindad inmediata.

Sven Hedin, Through Asia, Methuen (1898), p.793

Hedin enseguida se dio cuenta de que aquellas ruinas no se parecían a nada que hubiera visto hasta entonces.

Ninguno de los otros sitios en ruinas que visité en al este del Turkestán se asemejaba en lo más mínimo a los curiosos restos que ahora estábamos a punto de explorar. Como regla general, los supervivientes de las ciudades antiguas en esa región consisten en muros y torres de arcilla secada al sol, o al menos quemada. En Takla-makan, sin embargo, todas las casas fueron construidas de madera (álamo); ni un solo rastro de una casa de piedra o arcilla era discernible. Estaban también construidos de una manera muy diferente. Aunque la planta en muchos aspectos se asemejaba a la de las casas modernas, la mayoría de ellas fueron construidas en la forma de un cuadrado pequeño u oblongo dentro de uno más grande, y dividido en varias salas pequeñas. Las únicas porciones que sobrevivieron eran postes de seis a diez pies de alto y puntiagudos en la parte superior, desgastados por el viento y la arena, agrietados y duros, pero sin embargo tan frágiles como el vidrio, rompiéndose fácilmente al ser golpeados. Había cientos de estas casas en ruinas 


De lo que sí se percató fue de las dimensiones de su descubrimiento, cientos de casas de madera, un templo de Buda con pinturas murales y numerosas esculturas, y abundantes fragmentos de papel con caracteres que no alcanzó a descifrar.

No pude distinguir el plano de la ciudad, ni pude rastrear las calles, bazares y plazas, porque el conjunto del sitio, que ocupa una extensa área, de dos a dos millas y media de diámetro, fue enterrado bajo altas dunas de arena. Las únicas casas que eran visibles sobre el océano de arena que todo lo envuelve, eran las que fueron construidas sobre un terreno originalmente elevado, o que ahora se encuentran en las depresiones entre las dunas de arena.



Había encontrado la ciudad de Dandan Oilik, perdida entre las arenas del desierto durante más de mil años. Hedin y sus acompañantes intentaron sacar las ruinas a la luz, pero enseguida vieron que se trataba de un trabajo arduo, ya que la arena volvía a llenar al momento todo lo que cavaban.

Excavar en arena seca es un trabajo desesperado; tan rápido como lo desentierras, vuelve a entrar y llena el agujero. Cada duna de arena debe ser removida por completo antes de que pueda renunciar a los secretos que yacen escondidos debajo de ella; y que es una tarea más allá del poder humano – nada más que un buran puede hacer eso.



Aunque no pudo recuperar el plan general de la ciudad, Hedin encontró rastros de jardines, hileras de álamos que indicaban antiguas avenidas, y restos de antiguos albaricoqueros y ciruelos, concluyendo que los muros de esta ciudad maldita por Dios, esta segunda Sodoma en el desierto, habían sido lavados en la antigüedad por un poderoso arroyo – el Keriya-daria.


La ciudad había florecido desde el siglo VI d.C. en el ramal sur de la Ruta de la Seda, siendo abandonada hacia finales del siglo VIII. Cuatro años más tarde de que Hedin la redescubriese, en diciembre de 1900, el famoso arqueólogo Aurel Stein se encontraba en Jotán. Allí un buscador de tesoros le enseñó fragmentos de pintura mural, relieves de estuco y documentos en papel, que dijo haber obtenido en Dandan Oilik. Así que Stein armó un equipo de unas treinta personas y se dirigió hacia allí para emprender las excavaciones.

Stein encontró viviendas, santuarios budistas, esculturas, pinturas murales, textos budistas en papel y tablillas de madera.

Otros arqueólogos y geógrafos visitaron el lugar en los años siguientes, pero tras la inspección de Stein el sitio permaneció prácticamente intacto durante 90 años, hasta que se hizo cargo el Instituto Arqueológico de Xinjiang que, en 2002, descubrió un nuevo templo budista con pinturas.



No obstante, la mayoría del yacimiento sigue, a día de hoy, sin excavarse. Apenas existen fotografías del lugar en internet, que permanece semienterrado en la arena, y las visitas a Dandan Oilik están terminantemente prohibidas.





 


 


 









 

La otra Petra, situada a pocos kilómetros al norte de la célebre ciudad nabatea

 

La otra Petra, situada a pocos kilómetros al norte de la célebre ciudad nabatea






Por Jorge Álvarez  ......... La Brujula Verde  

Jordania tiene en Petra su icono turístico más emblemático y reconocible. La garganta del Siq, la fachada del Tesoro, los hipogeos, el teatro, la subida al Monasterio en burro…

Todas esas maravillas se concentran en una ciudad medio escondida en el desierto que cada año atrae a cientos de miles de visitantes y desde 2007 forma parte de las nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Lo que muchos no saben es que no se trata de la única ciudad nabatea; no muy lejos, a unos ocho kilómetros al norte, se encuentra otra de características similares aunque mucho menor en tamaño que, por ello, recibe el nombre de Pequeña Petra.



Pequeña Petra fue construida en el siglo I d.C, probablemente como un barrio exterior de su hermana mayor, en pleno apogeo de aquella peculiar civilización. Se ubica en una zona montañosa encajada entre el desierto, el Valle del Rift jordano y el Mar Muerto, cerca del núcleo urbano de Wadi Musa y del yacimiento arqueológico del Neolítico Beidha, que probablemente tuvo su influencia para decidir a los nabateos a establecerse allí, ya que por entonces aún estaba habitado.

Su nombre árabe es Sik al-Barid, que significa El Cañón Frío, debido a que las altas paredes que la circundan dificultan el paso de los rayos del sol.

Al igual que en la Petra grande, se accede atravesando una estrecha garganta de medio kilómetro de longitud que conecta tres áreas abiertas más amplias en el mismo macizo de arenisca. En ese complejo se suceden los triclinios labrados en la roca para uso comercial así como cuevas u oquedades, también artificiales, que se utilizaban como viviendas; algunas conservan restos de decoración polícroma en sus paredes, con estilo helenístico y temática vegetal fundamentalmente, algo de esencial importancia porque constituyen la única muestra mural que se conserva de la pintura nabatea in situ.




En ese sentido, continuamente se están descubriendo nuevos edificios y dependencias, como el biclinio aparecido en los años ochenta y presentado en 2010 ya completamente limpio del hollín que ennegrecía sus techos y que procedía de las hogueras que encendían los beduinos para calentarse y cocinar en ocupaciones posteriores; se lo conoce como la Casa Pintada y además de los fantásticos frescos (con motivos dionisíacos pero también animales y putti muy parecidos a los de la Casa de Livia pompeyana) tiene alrededor varias grandes cisternas para recoger la lluvia.

Al fin y al cabo se cree que las caravanas debían parar en ese barrio para el correspondiente registro administrativo, lo que implicaría la necesidad de agua para los camellos y viajeros; por eso también abundan las canalizaciones para distribuir el líquido elemento.




Otros sitios destacados son el templo excavado en la roca, del que apenas se sabe nada al estar pendiente de estudio pero que en realidad parece ser un triclinio, y una subida al final del cañón que lleva a la parte alta de la montaña, donde se ha situado un mirador que permite obtener impresionantes panorámicas de los alrededores: un océano de piedra moldeada por la erosión eólica, que la ha dotado de fantásticas formas y colores, y que se puede recorrer libremente pagando la entrada a la Petra mayor; incluso hay un sendero de seis kilómetros que enlaza con ella en Qattar Ed-Deir y que conviene hacer con guía para no perderse porque carece de señalizaciones (también es posible hacer el recorrido inverso, una vez terminada la visita a Petra). Se accede por separado y tiene la ventaja de que se visitará casi en solitario, porque la gente se centra básicamente en la ciudad grande.

Pequeña Petra fue abandonada en el siglo VII tras un período de decadencia progresiva, y como pasó con su hermana mayor, cayó en el olvido. Sólo los citados beduinos solían acercarse para acampar en su interior, al abrigo del calor del día o del frio nocturno.



Jacob Burckhardt, el descubridor de Petra en 1812, no llegó a saber de esta versión reducida o, al menos, no dejó testimonio al respecto. Sin que fuera desconocido, las noticias sobre el lugar se remontan sólo a los años cincuenta del siglo XX, cuando la arqueóloga británica Diana Kirkbride extendió su campaña de excavaciones a ambas ciudades, si bien las consideraba una sola.

En 1981 la UNESCO inscribió el área (las dos Petras más Beidha) en su lista del Patrimonio Mundial como un único parque arqueológico de doscientos sesenta y cuatro kilómetros cuadrados.






Las enormes reservas de helio del Big Bang que quedan en el núcleo sugieren que la Tierra se formó dentro de una nebulosa solar

 

Las enormes reservas de helio del Big Bang que quedan en el núcleo sugieren que la Tierra se formó dentro de una nebulosa solar





La Bruhjula Verde ..........   Por Guillermo Carvajal



El helio-3, un raro isótopo del gas helio, está saliendo del núcleo de la Tierra, según un nuevo estudio. Dado que casi todo el helio-3 procede del Big Bang, la fuga de gas añade pruebas de que la Tierra se formó en el interior de una nebulosa solar, algo que se ha debatido durante mucho tiempo.

El helio-3 se ha medido en la superficie de la Tierra en cantidades relativamente pequeñas. Pero los científicos no sabían qué cantidad se filtraba desde el núcleo de la Tierra, a diferencia de sus capas intermedias, llamadas manto.

El nuevo estudio señala al núcleo como la principal fuente de helio-3 de la Tierra. Algunos procesos naturales pueden generar helio-3, como la desintegración radiactiva del tritio, pero el helio-3 se produce principalmente en las nebulosas solares -nubes masivas y giratorias de gas y polvo como la que dio origen a nuestro Sistema Solar-. Dado que el helio es uno de los primeros elementos producidos en el universo, la mayor parte del helio-3 puede remontarse al Big Bang.




A medida que un planeta crece, acumula material de su entorno, por lo que su composición refleja el ambiente en el que se formó. Para obtener altas concentraciones de helio-3 en las profundidades del núcleo, la Tierra tendría que haberse formado dentro de una próspera nebulosa solar, y no en sus márgenes o durante su fase menguante.

La nueva investigación añade más pistas al misterio que rodea la formación de la Tierra, aportando pruebas adicionales a la teoría de que nuestro planeta se formó dentro de la nebulosa solar. El estudio se ha publicado en la revista de la American Geophysical Union Geochemistry, Geophysics, Geosystems, que publica investigaciones sobre la química, la física, la geología y la biología de la Tierra y los procesos planetarios.

Cada año se escapan de la Tierra unos 2.000 gramos de helio-3, lo suficiente como para llenar un globo del tamaño de tu escritorio, afirma el autor principal del estudio, Peter Olson, geofísico de la Universidad de Nuevo México. Es una maravilla de la naturaleza, y una pista para la historia de la Tierra, que todavía haya una cantidad significativa de este isótopo en el interior de la Tierra.



Los investigadores modelaron el helio durante dos etapas clave de la historia de la Tierra: la formación temprana, cuando el planeta acumulaba helio, y tras la formación de la Luna, después de la cual el helio se perdió. Las pruebas sugieren que un objeto de un tercio del tamaño de la Tierra chocó con el planeta al principio de su historia, hace unos 4.000 millones de años, y que ese impacto habría vuelto a fundir la corteza terrestre, permitiendo que gran parte del helio escapara. El gas sigue escapando hasta el día de hoy.

Utilizando la tasa moderna de fuga de helio-3 junto con modelos del comportamiento de los isótopos del helio, los investigadores estimaron que hay entre 10 teragramos (10e13 gramos) y un petagramo (10e15 gramos) de helio-3 en el núcleo, una cantidad enorme que, según Olson, apunta a la formación de la Tierra dentro de la nebulosa solar, donde las altas concentraciones del gas habrían permitido su acumulación en las profundidades del planeta.

Sin embargo, los futuros trabajos que busquen otros gases creados por la nebulosa, como el hidrógeno, que se filtran en tasas y lugares similares a los del helio-3, podrían ser una confirmación para el núcleo como fuente, dijo Olson. Hay muchos más misterios que certezas.






Diminutos zircones encontrados en Sudáfrica sugieren que la tectónica de placas comenzó hace 3.800 millones de años

 

Diminutos zircones encontrados en Sudáfrica sugieren que la tectónica de placas comenzó hace 3.800 millones de años



La Brujula Verde   .........    Por Guillermo Carvajal



Un puñado de antiguos cristales de zircón encontrados en Sudáfrica contienen la evidencia más antigua de la subducción, un elemento clave de la tectónica de placas, según un nuevo estudio publicado en AGU Advances, la revista de la Unión Geofísica Americana para la investigación en las ciencias de la Tierra y el espacio.

Estas raras cápsulas de tiempo de la juventud de la Tierra apuntan a una transición, hace unos 3.800 millones de años, de una superficie rocosa estable y de larga duración a los procesos activos que dan forma a nuestro planeta en la actualidad, proporcionando una nueva pista en un acalorado debate sobre cuándo se puso en marcha la tectónica de placas.

La corteza terrestre y la capa superior del manto que se encuentra justo debajo se dividen en placas rígidas que se mueven lentamente sobre las capas inferiores de roca del manto, viscosas pero móviles. El calor del núcleo de la Tierra impulsa este movimiento lento pero inexorable, responsable de los volcanes, los terremotos y el levantamiento de las cordilleras.



Las estimaciones sobre el momento en que se aceleró este proceso y se formó la corteza moderna oscilan entre hace más de 4.000 millones de años y hace sólo 800 millones de años. La incertidumbre surge porque el registro geológico de la juventud de la Tierra es escaso, debido al efecto de reciclaje de la superficie de la propia tectónica de placas. No queda casi nada del Eón Hádico, los primeros 500 millones de años de la Tierra. La Tierra del Hádico es una gran caja misteriosa, afirma Nadja Drabon, geóloga de la Universidad de Harvard y autora principal del estudio.

Pequeñas cápsulas de tiempo

En un emocionante paso adelante en la resolución de este misterio, en 2018 Drabon y sus colegas desenterraron una serie cronológica de 33 cristales microscópicos de zircón de un raro y antiguo bloque de corteza en el Cinturón de Piedras Verdes de Barberton (Barberton Greenstone belt), en Sudáfrica, que se formó en diferentes momentos en un lapso crítico de 800 millones de años, desde hace 4.150 hasta 3.300 millones de años.

El zircón es un mineral accesorio relativamente común en la corteza terrestre, pero los antiguos representantes del Eón Hádico, hace entre 4.000 y 4.560 millones de años, son extremadamente raros, ya que sólo se encuentran en 12 lugares de la Tierra y, por lo general, en un número inferior a tres en cada lugar.

Los isótopos de hafnio y los oligoelementos conservados en los zircones del Cinturón de Piedra Verde cuentan una historia sobre las condiciones de la Tierra en el momento en que se cristalizaron. Los zircones de 3.800 millones de años de antigüedad y más jóvenes parecían haberse formado en rocas que experimentaban presiones y fusiones similares a las de las zonas de subducción modernas, lo que sugiere que la corteza podría haber empezado a moverse.



Cuando digo “tectónica de placas”, me refiero específicamente a una zona de arco, en la que una placa pasa por debajo de otra y se produce todo ese vulcanismo: piense en los Andes, por ejemplo, y en el Cinturón de Fuego, dijo Drabon, describiendo un ejemplo clásico de subducción. A los 3.800 millones de años se produce un cambio drástico en el que la corteza se desestabiliza, se forman nuevas rocas y vemos que las firmas geoquímicas se parecen cada vez más a lo que vemos en la tectónica de placas moderna«.

Por el contrario, los zircones más antiguos conservaban pruebas de una capa global de protocostra derivada de la refundición de la roca del manto que había permanecido estable durante 600 millones de años, según el estudio.

Señales de cambio global

El estudio encontró una transición similar a condiciones parecidas a la subducción moderna en zircones de otros lugares del mundo, que datan de unos 200 millones de años después de los zircones sudafricanos. Vemos indicios de un cambio significativo en la Tierra hace entre 3.800 y 3.600 millones de años y la evolución hacia la tectónica de placas es una posibilidad clara, dijo Drabon.

Aunque no son concluyentes, los resultados sugieren que pudo comenzar un cambio global que posiblemente comenzó y se detuvo en lugares dispersos antes de establecerse en el eficiente motor global de placas en constante movimiento que vemos hoy.



La tectónica de placas da forma a la atmósfera de la Tierra, así como a su superficie. La liberación de gases volcánicos y la producción de nuevas rocas de silicato, que consumen grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera, atemperan las grandes oscilaciones de temperatura por exceso o por defecto de gases de efecto invernadero. Sin todo el reciclaje y la formación de nueva corteza, podríamos estar yendo y viniendo entre el calor hirviente y el frío glacial, dijo Drabon. Es una especie de termostato para el clima.

Hasta ahora, la tectónica de placas sólo se ha observado en la Tierra, y puede ser esencial para que un planeta sea habitable lo que hace que los orígenes de los movimientos de las placas sean de interés en la investigación del desarrollo temprano de la vida.

El registro que tenemos de la Tierra más temprana es realmente limitado, pero el hecho de ver una transición similar en tantos lugares diferentes hace realmente factible que pueda haber sido un cambio global en los procesos de la corteza, dijo Drabon. Algún tipo de reorganización estaba ocurriendo en la Tierra.








Los códigos ocultos de la catedral de Notre Dame de París. – Al Otro Lado de la Realidad

 

Los códigos ocultos de la catedral de Notre Dame de París. – Al Otro Lado de la Realidad





La catedral de Notre Dame de París guarda entre sus paredes grandes acontecimientos pero también códigos secretos que permanecen ocultos al turista.

La arquitectura es uno de los grandes libros de la Humanidad; es la expresión principal del Hombre en sus diversos estados de desarrollo, ya sea como fuerza o como inteligencia.

Era una fría mañana de invierno, donde la niebla cubría la Ciudad del Amor. Para mí visitar París fue un punto de inflexión que separaba la realidad de la ficción, pues nunca había salido de España y, a partir de ese preciso instante, mi persona se transformaría en una auténtica trotamundos.

Paseando por las orillas del Sena y tras haber visitado el armatoste de hierro creado por Eiffel y que corona el cielo de la capital de Francia con sus más de 300 metros de altura, nos dirigimos en una larga caminata que adelanto desde ya que mereció la pena, hacia ese famoso islote que existe en mitad de las aguas del Sena.

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 Ya en la conocida isla de la Cité y  tras haber pasado por la Sainte- Chapelle, nos topamos con uno de  los grandes motivos de nuestro  viaje. Entre la niebla parisina yacía  solitaria la Catedral de Notre  Dame, cuyas vidrieras han visto el  paso de grandes acontecimientos  históricos de fama mundial.

No estaba atestada de gente, y las  gárgolas tan ilustres que te  observan cual rostro enigmático  señalaban que esa catedral gótica  guardaba algo que permanecía  oculto a los ojos de los turistas. Esa esencia extraña pero que recomiendo a cualquier persona que la perciba, volvió a aparecer al estar delante de mí. Supe que esa catedral tenía un misterio, y que debía ser sacado a la luz.

París, la ciudad de Isis. La isla de la Cité, su barca.

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 Muchos investigadores contemporáneos piensan que el nombre de París viene  de una etimología de «Parisis» perteneciente a los parisios, pueblo galo que se  asentaba en la ciudad antes de la llegada de los romanos.

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Jacques-Antoine Dulaure,  un historiador que realizó  sus investigaciones entre los  siglos XVIII y XIX relacionó  a los parisios, también  conocidos como los  «parissis» con el culto a la  diosa egipcia Isis. Y   «Parissis» significaría en egipcio antiguo algo así como la «Casa de Isis». Además  se han encontrado estatuillas de Isis en muchos lugares la capital francesa,  incluido en la isla de la Cité donde está Notre Dame.

Isis es la Gran Diosa Madre, símbolo de la fecundidad y de la maternidad  en el Antiguo Egipto. Se sabe que el culto a a esta diosa egipcia se extendió por todo el Mediterráneo, resistiendo al Imperio romano y al auge del cristianismo  gracias al

paganismo. Su influencia fue tal que se cuenta que San Bernardo de Claraval,  templario y creador de la orden cisterciense al que se le atribuye la creación del término  «Nuestra Señora» ( Notre Dame, sea dicho de paso) se basa en el término de Gran Diosa  Madre cristianizado.

También se sabe que el último reducto del culto a Isis en Egipto antes del dominio  romano fue en la isla de File situada en medio del río Nilo, como si de una barca se  tratase.  Lo mismo ocurre en la isla de la Cité en París, que se encuentra en medio del río  Sena como si fuera una barca navegando por sus aguas. Esta imagen cristianizada se  representará de forma iniciática en la Edad Media a través de grabados en los que se  representa a Nuestra Señora o Notre Dame, que como hemos dicho anteriormente sería  la figura de Isis cristianizada, a bordo de una barca que representa a esa isla de la Cité en medio del río Sena. Vemos como todo tiene su sentido si indagamos más profundamente en el misterio.

La figura de Fulcanelli y su «Misterio de las catedrales».

 Por si la relación entre la catedral de Notre Dame y la isla de la Cité con el culto a la diosa  Isis fuera poca,  en 1923 se publica en Francia una obra titulada » El misterio de las  catedrales» escrita por un personaje cuanto menos enigmático: Fulcanelli,

Nuevo estudio sugiere que pudo haber vida inteligente en la Tierra antes de los humanos

  La pregunta de si estamos solos en el universo es algo que tú seguramente te has hecho y, lógicamente, no estás solo. Mientras poco a poco...