La primera Feria de Abril se celebró en 1848 a iniciativa de dos empresarios, el industrial catalán Narciso Bonaplata y Curiol (1807, Barcelona-1869, Sevilla) y el vasco José María Ybarra Gutiérrez de Caviedes (Bilbao 1816 – Sevilla 1878). Bonaplata había abierto una fundición de hierro en el barrio de San Antonio en 1840, mientras que Ybarra se dedicó al negocio naviero y agroalimentario, e incluso, llegó a ser alcalde de Sevilla. Ambos realizaron una propuesta para celebrar durante los días 19, 20 y 21 de Abril una feria anual en 1846. Al año siguiente la reina Isabel II dio su beneplácito. En un principio esta gran fiesta, que se ha convertido en universal por su singularidad, repercusión y dimensiones, era una feria de ganado. Hasta su traslado al barrio de Los Remedios, la Feria de Abril se celebró en el Prado de San Sebastián.
La Feria de Abril, obra de Andrés Cortés y Aguilar realizada por encargo de José María Ybarra y de la cual existen tres versiones, nos permite acercarnos al ambiente de esas primeras ferias. El pintor nos muestra una vista panorámica desde la ermita del Prado de San Sebastián en la que apreciamos una gran aglomeración de ganado y tratantes realizando sus negocios. Pequeñas tiendas de lona salpican la planicie, son las precedentes de las actuales casetas que los comerciantes utilizaban para protegerse del sol. Al fondo, las antiguas murallas (todavía no derribadas), la Puerta Nueva de San Fernando y la Fábrica de Tabacos. A la derecha emergen la Catedral y la Giralda.
En primer término aparecen retratados José María de Ybarra y su mujer María Dolores González, ambos con la indumentaria propia de los majos. Ella con falda, que parece de raso, adornada con tiras de volantes confeccionadas con madroños; este tipo de volante se denominaba en la época “faralá”. En el pecho luce mantón cruzado y va peinada con moño adornado con flores y peineta. Su marido, con las grandes patillas de moda en la época, lleva chaquetilla, ancha faja a la cintura y el sombrero característico. Detrás de ellos a caballo se encuentra Narciso Bonaplata, aparece vestido de manera similar, aunque con corbata y botas. A la izquierda, nos encontramos con un grupo de tres caballeros cuya figura central es el propio artista Andrés Cortés dibujando.
La Feria de Abril de Cortés Aguilar es un interesante documento histórico que nos permite acercarnos al origen de esta fiesta, un acontecimiento anual que representa un motor clave para la economía de la ciudad y que a juzgar por las cifras, goza de una inmejorable salud. La Feria de Sevilla es un festejo marcadamente popular, pero con estrictos códigos en cuanto a la indumentaria, y aunque las costumbres sociales han variado enormemente desde mediados del siglo XIX, la Feria se considera la mejor ocasión para lucir lo mejor de nosotros mismos. El Real se convierte en un auténtico escaparate de luz, color y arte.
Ese noviembre de 1987 el calor era insoportable. Las calles de Guayaquil parecían hervir bajo el Sol inclemente deambulaba bajo la sombra de los portales para no exponerse a un desmayo. Al mediodía, un señor alto, flaco, de barba en punta y bien cuidada, enfundado en un traje blanco con chaleco y leontina, alargó la mano huesuda e hizo parar el taxi de Carlos Mendieta, mejor conocido entre sus compañeros taxistas como Carepescao, porque casi nunca sonreía.
Era el primer cliente de la tarde después de un largo trayecto sin pasajeros y no quería dejarlo pasar, pero le extrañó hombre maduro estuviera ahí, en medio de semejante calor con aquel traje de paño con chaleco y que, pese a las circunstancias no demostrara el mínimo sofoco. El individuo se lentitud en el pequeño taxi al que, según los compañeros de Carlos, le sonaba «todo menos la radio».
—Al cementerio, por favor —dijo el hombre, con una sonrisa cadavérica.
Solo en ese instante, Carlos se dio cuenta de que su pasajero traía un ramo de rosas blancas entre los brazos. El hombre no dijo palabra durante más de seis cuadras, por lo que Carlos picado por la curiosidad, quiso saber por qué un caballero como él quería ir al cementerio un martes en semejante calor. El volvió a sonreír en el sucio rectángulo del retrovisor y Carlos sintió que la sangre se le helaba.
—Voy —dijo, como todos los días, porque esa es la promesa que le hice a mi amada esposa, que en paz descanse, doña Amada del Castillo.
Carlos se estremeció de nuevo, pero, esta vez, de ternura. Aquel tipo, que parecía un espectro de formas pausadas era, en realidad un pobre hombre atado a una promesa de amor inclaudicable «Ay, el amor, el amor, siempre el amor», dijo para sí Carlos, frunciendo el rostro y metiéndose a empellones en el tráfico.
El taxista observó cómo el hombre se perdía entre resplandecientes mausoleos de mármol y, emocionado, arrancó con tal brío que casi se choca contra un destartalado patrullero de la Comisión de Tránsito. Por suerte para Carlos, el calor tenía más dormidos que despiertos a los agentes y, cuando reaccionar, ya el taxi se había escabullido en medio del tráfico.
En la noche, los vientos provenientes de Chanduy empezaron a refrescar el horno de las calles. Carlos decidió entonces echar a andar el «fórmula 1» y dar vueltas hasta las doce, para despejar la cabeza. Magaly no le había hecho caso, una vez más, pero él estaba decidido a hacerla suya.
—Grato es lloraaaar, cuando afligida el almaaa —cantó destemplado.
Pero tres cuadras más allá tuvo que dar por terminado el pasillo y tragarse la pena que le apretaba el estómago. Lentamente detuvo el taxi frente a una mujer parada en la esquina de Ayacucho y Rumichaca. Las luces parpadeantes del vehículo le permitieron admirar durante unos segundos la forma angulosa de su rostro, sus ojos oscuros y profundos, los rizos negros que le caían sobre el amplio escote.
—Al cementerio —dijo ella con voz tintineante.
Carlos vio instintivamente el reloj. Eran las once y media de la noche. —¿Al cementerio o cerca del cementerio? —preguntó desconfiando.
—Al cementerio —insistió ella.
—Sí —dijo y se bajó del taxi.
Carlos no quería desairar a esa hermosa mujer poniendo la consabida excusa de que no iba por ese rumbo, pero pensó que lo más seguro era que se tratara de una casa frente al cementerio y que la dama, viendo la cara de sorpresa que había puesto, quisiera probar su valentía. Aceptó sin chistar el desafío. Pronto se arrepintió. Durante el trayecto, la mujer se hundió en un largo silencio y él, cosa rara, tampoco quiso decir nada. Las calles mal iluminadas pasaban lentas, mientras el taxi tracateaba y Carlos miraba nervioso por el retrovisor, como para convencerse de que no iba solo. Pero la situación empeoraba. Los vellos de la nuca los tenía levantados y un extraño escalofrío le recorría la espalda, como un enorme ciempiés de patas heladas.
Se detuvo, por fin, frente al Cementerio General. Más cuando Carlos quiso cobrarle la carrera, ella solo sonrió y le dijo:
—Mi esposo ya le pagó esta tarde.
—¿Su esposo? —se extrañó Carlos
—Sí —dijo y se bajó del taxi.
Carlos se bajó también para que le explicara qué era lo que le quería decir con eso de «mi esposo ya le pagó». Ella, por todo gesto, alzó la mano para despedirse y, con esa sonrisa coqueta, le dijo:
—Con mucho gusto, me llamo Amada del Castillo, a sus órdenes.
Carlos no alcanzó a reaccionar cuando la mujer se dio media vuelta y, con un paso seguro, atravesó la gruesa pared del cementerio.
Los egiptólogos creen que podrían estar a las puertas de un apasionante descubrimiento relacionado con una importante mujer del antiguo Egipto.
Los egiptólogos creen que podrían estar a las puertas de un apasionante descubrimiento relacionado con una importante mujer del antiguo Egipto. Una tumba hallada recientemente en el Valle de los Reyes podría haber sido construida como lugar de descanso definitivo para la famosa reina egipcia Anjesenamón, hermana y esposa de Tutankamón.
Live Science informa de que los investigadores fueron advertidos de la existencia de la tumba por el descubrimiento de cuatro depósitos de fundación que Zahi Hawass ha descrito como “almacenes u hoyos en el suelo que eran llenados con objetos votivos como vasijas cerámicas, restos de comida y otras herramientas, como símbolo de que la construcción de la tumba se había iniciado.”
Según una entrevista publicada en National Geographic, los investigadores han estado examinando el yacimiento entre los meses de febrero y mayo del presente año. Hawass comentaba por su parte que un examen subsiguiente mediante radar mostró “una subestructura que podría ser la entrada de una tumba.”
Valle de los Reyes, Luxor, Egipto. (Wouter Hagens/CC BY SA 3.0)
Aunque nada se ha confirmado hasta ahora, Hawass ha planteado la posibilidad de que el propietario de la tumba fuese la reina Anjesenamón. Esta hipótesis está basada en su situación, cercana a la tumba del faraón Ay.
Anjesenamón formó parte de una importante familia de la realeza del antiguo Egipto. La historia de su vida empieza como tercera de las seis hijas del faraón Akenatón y su Gran Esposa Real, Nefertiti. Anjesenamón se casó con su medio hermano Tutankamón cuando él tenía apenas entre 8 y 10 años de edad, mientras que ella tendría unos trece. Parece ser que la pareja tuvo gemelos que nacieron muertos. Podría haber estado casada también brevemente con el sucesor de Tutankamón, Ay (quien muchos creen que habría sido su abuelo materno). Se ha llegado a sugerir incluso que Anjesenamón podría haber estado casada con su propio padre por un tiempo.
Los matrimonios dentro de una familia no eran inhabituales en el antiguo Egipto, y se practicaban entre la realeza como un medio de perpetuar el linaje real. Los faraones creían que descendían de los dioses, por lo que el incesto era visto como algo aceptable destinado a conservar la estirpe sagrada. Sin embargo, algo de lo que no eran conscientes en la época eran las graves consecuencias de la endogamia.
Detalle: Tutankamón recibe flores de Anjesenamón como símbolo de su amor. (Dominio público)
La prueba del matrimonio entre Ay y Anjesenamón apareció bajo la forma de un anillo encontrado por el profesor Percy Newberry en una antigua tienda de El Cairo en la primavera de 1931. El anillo presentaba los cartuchos de Ay y Anjesenamón inscritos el uno junto al otro, lo que según muchos egiptólogos constituiría la prueba de su enlace matrimonial.
Aunque la posibilidad de hallar la tumba perdida de Anjesenamón pueda resultar apasionante, merece la pena también observar que existe un argumento en contra del matrimonio entre Ay y Anjesenamón: “El nombre de ella nunca apareció en la tumba de él, y se cree que podría haber muerto durante el reinado de Ay o poco después, ya que desaparece de la historia poco después de su reinado.” De confirmarse este punto, la tumba cercana a KV23 podría no tener absolutamente nada que ver con Anjesenamón.
Retrato de estudio, posiblemente de Ay, hallado en el estudio del escultor Tutmose. (CC BY SA 3.0)
Hasta la fecha, se desconoce el lugar exacto donde Anjesenamón fue enterrada, y tampoco se sabe de la existencia de objetos funerarios con su nombre. Sin embargo, en el año 2010 se planteó la posibilidad de que una momia hallada en KV21A fuera la de Anjesenamón. Como informaba Ancient Origins en su momento: “Aunque sus restos no incluyen la cabeza y están destruidos en su mayor parte, fue posible utilizar su ADN para confirmar que esta mujer era la madre de dos de los hijos de Tutankamón.” Estos resultados han sido discutidos, pero no descartan en absoluto la posibilidad de que Anjesenamón fuese la propietaria de la tumba recientemente descubierta. El traslado de momias era otra práctica habitual de los antiguos sacerdotes destinada a mantener las reliquias a salvo de los ladrones de tumbas.
Parece de todos modos que tendremos que esperar aún para descubrir quién fue realmente el propietario de esta tumba. Hawass, actual director de la expedición italiana en el Valle de los Reyes, ha comentado en Live Science que supervisará las futuras excavaciones del yacimiento; pero por el momento no se ha fijado una fecha de inicio para estos nuevos trabajos.
En la primera parte de este artículo vimos cómo hay evidencia convincente que sugiere que los antiguos egipcios de la era de las pirámides incorporaron tecnología de sonido en el diseño de la Gran Pirámide de Giza . Más extraordinario aún es el descubrimiento de que el Pasaje sin salida excavado en la roca dentro de la enigmática Cámara Subterránea de la estructura bien podría haber funcionado como un tubo de resonancia de sonido, generando infrasonidos con una frecuencia base en el rango de 5 Hz.
Si esto es correcto, ¿por qué el infrasonido era tan importante para los antiguos y podemos encontrar evidencia de su uso entre las culturas antiguas en otras partes del mundo? ¿Qué sabemos sobre los efectos de los infrasonidos en los sistemas corporales humanos y más específicamente en la mente humana? Las respuestas a estas preguntas nos muestran que los efectos del infrasonido bien podrían haber sido conocidos por nuestros antepasados ya en el Paleolítico Superior, hace unos 45.000 años.
Desde hace mucho tiempo se sabe que los infrasonidos afectan al cerebro humano de diferentes maneras. Puede inducir sentimientos de náuseas, ansiedad, paranoia, así como una sensación de pavor. En las personas más sensibles, esto puede conducir a una sensación de desconexión con el mundo material, acompañada de una sensación muy real de estar fuera del mundo.
Estudios científicos incluso han demostrado que los infrasonidos podrían ser la causa de algunos avistamientos de fantasmas y apariciones . Desde que estas ideas surgieron por primera vez a fines de la década de 1990, el infrasonido se ha utilizado para explicar muchos aspectos diferentes de lo paranormal, lo que lleva a la conclusión de que «todo está en la mente». (Véase, por ejemplo, Tandy 1998.)
Aunque parece haber poca duda de que el infrasonido puede inducir un cambio en el estado de conciencia , no puede haber una razón obvia para suponer que este no es un efecto muy real en el cerebro humano , que puede conducir a experiencias visionarias genuinas y conocimientos psíquicos. Si es correcto, ¿los constructores de pirámides del antiguo Egipto eran conscientes no solo de algunas formas muy expresivas de tecnología de sonido, sino también del impacto de los infrasonidos en los sistemas corporales humanos? ¿Es por eso que el Pasaje sin salida en la Cámara Subterránea fue diseñado deliberadamente para generar infrasonidos, y por qué otras de sus cámaras lo produjeron en un nivel ligeramente más bajo?
Generación de sonido megalítico
Ciertamente, existe evidencia convincente de que la arquitectura megalítica que data del Neolítico fue diseñada para generar infrasonidos. Por ejemplo, en un estudio del monumento West Kennet Long Barrow de 5500 años de antigüedad en Wiltshire, Inglaterra, el músico británico y experto en arqueoacústica Steve Marshall determinó que su corredor de entrada alineado de este a oeste producía infrasonidos a una frecuencia de alrededor de 8-9 Hz. . (Marshall 2016.)
La entrada al monumento West Kennet Long Barrow tiene propiedades acústicas similares a las de la Gran Pirámide. (Chris Talbot / CC BY-SA 2.0 )
Una prueba realizada con un joven «iniciado» entusiasta, un niño de 14 años, dentro del corredor central del largo túmulo, involucró la capacidad inherente del monumento para generar infrasonidos a través de la introducción de un bombo en miniatura golpeado fuertemente con baquetas por un hábil baterista. ubicado inmediatamente fuera del monumento. Según marshall:
“Más tarde, el niño informó que con los ojos abiertos, solo podía distinguir las piedras del extremo de la cámara W[est o end], que al principio parecían moverse ligeramente. En una piedra de la pared del fondo apareció un pequeño círculo negro, que fue creciendo en tamaño; tomó la apariencia de un pasaje que conducía a otra cámara, en la que pensó que podía ver. Luego siguió escuchando con los ojos cerrados y estaba convencido de que en dos ocasiones alguien se había unido a él [en] la cámara, pero él había estado completamente solo”. (Marshall 2016, 52.)
Marshall sospechó que las experiencias del joven se debieron a su exposición a los infrasonidos, lo que sugiere que el West Kennet Long Barrow podría haber sido diseñado con este propósito en mente. También determinó que las cámaras laterales del monumento resuenan a 84 Hz o 110 Hz, ambas dentro del rango vocal masculino.
Entonación en la Cámara del Rey
Se obtuvieron resultados similares mediante la entonación dentro del sarcófago de granito de la Gran Pirámide . Se demostró que sus principales frecuencias de resonancia estaban entre 65 Hz y 160 Hz, con los mayores picos de actividad entre 114 Hz y 122 Hz (ver fig. 1).
Dado que entonar parece ser algo natural cuando se está acostado dentro del sarcófago, hay muchas razones para suponer que fue diseñado con esta intención en mente. El rango de frecuencia vocal masculino promedio está entre 85 Hz y 180 Hz, y la mayoría de las voces femeninas abarcan el rango entre 165 Hz y 255 Hz. De hecho, la frecuencia fundamental de lo que se conoce como el tono de voz complejo para un hombre típico, conocido como tono o f0, abarca el rango entre 100 y 120 Hz, aunque el tono natural femenino es, en promedio, una octava más alto.
Dado que el rango de frecuencia resonante óptimo del sarcófago de 114-122 Hz se sincroniza casi perfectamente con el tono de la voz masculina , parece razonable sugerir que fue diseñado con el rango de entonación masculino en mente. Esta es entonces una prueba más de que los constructores de las pirámides poseían un conocimiento avanzado de la tecnología del sonido.
El mismo patrón de frecuencias que se encuentra tanto en la Gran Pirámide como en monumentos megalíticos como West Kennet Long Barrow también se ha registrado en varias cuevas en el suroeste de Europa con arte pintado de la edad del Paleolítico Superior, alrededor del 42,000-9600 a. (Para una buena revisión de este tema ver Devereux 2001.) Hay muchas razones para concluir que estos también incorporaron el uso de infrasonidos cuando estaban disponibles.
Instrumentos de Infrasonido
Si la idea de utilizar el sonido en cuevas o cámaras similares a cuevas con el fin de inducir una sensación de extraterrestre ha existido desde el Paleolítico Superior, lo más probable es que el conocimiento sobre cómo generar infrasonidos sea igualmente antiguo. Lo más probable es que esto se haya logrado utilizando instrumentos largos en forma de tubo que imitaban la resonancia natural de los ambientes de las cuevas. ¿Cuál podría haber sido exactamente su efecto sobre los participantes en los rituales? ¿Proporciona esto alguna idea de por qué el Pasaje sin salida de la Gran Pirámide parece haber sido diseñado específicamente para generar infrasonidos?
El antropólogo Donald Tuzin (1945-2007) trabajó en estrecha colaboración con los pueblos ilahita arapesh de Nueva Guinea y, en ocasiones, fue testigo de extrañas ceremonias del culto masculino Tambaran, muy reservado. En estas ceremonias, extrañas cacofonías de sonido podían inducir estados alterados de conciencia en los participantes.
Para este fin se utilizaron en particular dos instrumentos ‘secretos’. (Tuzin 1984) Uno era un bramidor que zumbaba alrededor de la cabeza para producir zumbidos bajos interpretados como la «voz de Lefin», un espíritu que escupe tambores y gongs. El otro instrumento consistía en «tubos amplificadores largos» hechos de tallos de bambú huecos, de aproximadamente 4 metros (13 pies) de largo y alrededor de 7 centímetros (2,8 pulgadas) de diámetro.
Un bullroarer se zumba alrededor de la cabeza para producir ruidos de zumbido bajos. (BullSqueaker~commonswiki / Dominio público )
En un extremo del instrumento se insertaba un tambor, lo que significaba que al tocarlo producía sonidos muy profundos y bastante peculiares identificados como la “voz de Nggwal”, el más importante de todos los espíritus tambaranos. Juntos, estos instrumentos pudieron generar «una experiencia tan inusual como para validar la creencia en la realidad sobrenatural». (Tuzin 1984, 582.)
Tuzin continúa escribiendo que la sensación de una «realidad sobrenatural» inducida por los instrumentos secretos del culto Tambaran, que un iniciado tendría que esperar hasta que tuviera al menos 20 años de edad, y a veces incluso 50 años de edad, incluso para ver, lo más probable es que proviniera de su capacidad para generar infrasonidos.
Estos sonidos subaurales tuvieron un profundo impacto en las funciones del lóbulo temporal del cerebro que involucran lo que Tuzin describió como «respuestas subperceptuales» que «deben presentar a la conciencia la sensación extraña, tal vez perturbadora, de tener un misterioso extraño ajeno al ego en medio». (Tuzin 1984, 586.) De hecho, para los Ilahita Arapesh no parecía haber contradicción entre los sonidos fabricados por ellos mismos y las ‘voces’ de los propios espíritus; los dos son literalmente uno y lo mismo. (Tuzin 1984, 588.)
Generador de sonido
Al igual que con la forma distintiva del corredor de entrada de Long Barrow de West Kennet, la longitud extrema de los tubos amplificadores utilizados por Ilahita Arapesh en sus ceremonias secretas de culto Tambaran se hace eco de la apariencia de tubo del Pasaje sin salida de la Gran Pirámide. Además, el hecho de que formara solo un componente en un diseño mucho mayor que involucraba el uso de acústica de sonido en varias otras áreas de la Gran Pirámide, agrega peso a la teoría de que el Pasaje sin salida fue diseñado como un tubo resonador de sonido para generar infrasonido
El hecho también de que conocimientos similares fueran aparentemente conocidos por la cultura megalítica del Neolítico Británico, los Ilahita Arapesh de Papúa Nueva Guinea e incluso los artistas rupestres del Paleolítico Superior del sudoeste de Europa nos dice que las raíces de esta tecnología son al menos tan antiguas como el primer instrumento musical fabricado . Esto toma la forma de un silbato de hueso que se encuentra en la capa de Denisovano de la cueva Denisova en las montañas de Altai en el sur de Siberia, que se cree que tiene entre 45,000 y 50,000 años. (Lbova, Kozhevnikov y Volkov 2012, CD-1902; Lbova, 2010, 11–2.) Por lo tanto, los denisovanos quizás conocían una comprensión de la acústica del sonido antes de que este conocimiento se diseminara entre los humanos anatómicos modernos de la era del Paleolítico Superior.
La generación de infrasonidos de The Dead-end Passage: más descubrimientos
La gran posibilidad de que el Pasaje sin salida de la Gran Pirámide funcionara como un tubo de resonancia impulsó a Rodney Hale a examinar más de cerca su frecuencia de resonancia registrada de 5,13 Hz. Lo que descubrió es asombroso en sus implicaciones, ya que parece seguro que aunque el infrasonido se generó en el rango de 5 Hz dentro del tubo, su amplitud aumentó notablemente cuando me metí dentro del tubo. Al salir del tubo, volvió a caer a un nivel mucho más bajo. Por el contrario, cuando la hembra, J, entró en el tubo para entonar, la actividad de 5,13 Hz permaneció igual (ver fig. 2).
Al principio, Hale sintió que este hallazgo indicaba que los picos de actividad de 5,13 Hz registrados en el tubo excavado en la roca debían haber sido generados por mi presencia, y solo por mi presencia. En un intento por verificar si esto era correcto, Hale me pidió que hiciera una serie de grabaciones usando el mismo dispositivo de grabación. Esto lo hice con el dispositivo a mi lado y en mi cuerpo en dos lugares de mi casa.
Estos experimentos no mostraron evidencia alguna de una frecuencia de infrasonido de 5 Hz, ya sea presente en las habitaciones utilizadas para este propósito, oa mi alrededor en general. Esto dejó en claro que la actividad de 5 Hz no estaba siendo generada por mí. Tenía que tener un origen dentro del Pasaje sin salida.
Otro hecho curioso que rodeó mi presencia en el Pasaje sin salida fue que los niveles de todas las principales frecuencias resonantes aumentaron mucho más en la segunda ocasión de mi entrada en el tubo, mucho más que en mi entrada inicial (ver fig. 3).
¿Por qué debería haber sido así? En mi primera entrada al interior del tubo me senté con las piernas cruzadas en su extremo y simplemente entoné, mientras que en la segunda ocasión me acosté con el cuerpo estirado y la cabeza casi tocando la pared del fondo. Luego había relajado mi mente e intentado alcanzar un estado de meditación profunda. Cualquier ruido que escuché, como golpes e incluso mi estómago rugiendo, se notó verbalmente durante la grabación.
Entonces, la causa más probable del cambio de amplitud en las frecuencias resonantes del tubo durante mis dos visitas se debió a mi cambio de posición o al hecho de que, en la segunda ocasión, había usado técnicas de meditación para aquietar la mente. ¿Esto desencadenó el aumento del infrasonido de alguna manera? Cualquiera que sea la respuesta (y claramente se requiere más trabajo para llevar el asunto más lejos), mi presencia en el Pasaje sin salida hizo que aumentaran las amplitudes de sus frecuencias resonantes, en particular su frecuencia fundamental de 5 Hz.
Conciencia Cósmica
Como lo único que una persona puede hacer cuando está en el Pasaje sin salida es sentarse con las piernas cruzadas o acostarse a lo largo, entonces realmente tiene sentido que su función original involucrara a una persona, tal vez un iniciado o un sacerdote, entrando en él y logrando algún tipo de estado alterado de conciencia. Esto podría haberse logrado mediante el uso de prácticas de meditación o el logro del sueño no REM, mejorado, por supuesto, por los efectos del propio infrasonido inherente del tubo; los dos resonando en simpatía entre sí.
Dado que este pasaje excavado en la roca se encuentra casi directamente debajo del punto muerto de la pirámide, es probable que cualquier sensación inducida de extraterrestre dentro de él haya estado relacionada con la función principal del edificio. Dado que esto probablemente estaba relacionado con la naturaleza eterna del espíritu del faraón responsable de su construcción, entonces se debe considerar probable una estrecha asociación con la naturaleza cósmica del alma humana y su supuesto destino en el más allá.
Como se describe en otro lugar (para una revisión completa de este tema, consulte Collins 2018), este viaje cósmico profundo involucró un ascenso a la constelación de Orión y luego un pasaje a través de la Vía Láctea a la constelación de Cygnus, la entrada al mundo del cielo. adecuado. Es un proceso descrito en los Textos de las Pirámides de 4.300 años de antigüedad, que se encuentran inscritos en las paredes interiores de varias pirámides del Reino Antiguo, mediante el cual, al morir, cada faraón se convierte automáticamente en el dios Osiris.
De esta forma, el objetivo principal del alma era renacer en el vientre de la madre de Osiris. Ella era la diosa del cielo Nut , quien era ella misma una personificación de la Vía Láctea, su útero sinónimo de la bifurcación en la Vía Láctea marcada por las estrellas de Cygnus. Habiendo logrado la entrada al más allá, el alma ascendida del faraón se reunió tanto con los dioses como con los ancestros.
La diosa del cielo Nut con las alas extendidas, representada en un ataúd de momia egipcia. (Jonathan / Dominio público )
Al mismo tiempo, él o ella se convertiría en una nueva estrella entre las llamadas Estrellas Imperecederas, las estrellas circumpolares y casi circumpolares del cielo nocturno del norte. Todo esto se habría desarrollado en un sentido terrestre dentro de las cámaras internas de una pirámide, casi como si al hacerlo asegurara el éxito de la ascensión final del alma, un caso clásico de «como es arriba, es abajo».
¿Podría ser que el iniciado o el sacerdote al que se le concedió acceso al Pasaje sin salida para los rituales prolongados que involucraban el uso de infrasonidos pudo vincular de alguna manera su conciencia interna con el genio loci del edificio, fusionándose los dos para mantener literalmente y tal vez incluso guiar su destino futuro? Si es correcto, estos hallazgos sugieren que la noción de pasar un período prolongado de tiempo dentro de la oscuridad del Pasaje sin salida, mientras se baña en infrasonidos, bien podría ser crucial para nuestra comprensión de la verdadera función no solo de la Gran Pirámide. , sino también de su muy misteriosa Cámara Subterránea, que sigue siendo un enigma hasta el día de hoy.