¿Cuál fue la primera batalla naval de la historia?
Desde la antigüedad, ya se podía comprobar el poderío e importante rol de las embarcaciones para conquistar territorios a través de las más crueles guerras
La historia contemporánea y actual está marcada por numerosas guerras y conflictos en todas partes del planeta, que han conformado la geopolítica que hoy conocemos y que han supuesto hechos fascinantes y trágicos, que en algunos casos, podrían superar a los relatos contados por cualquier eminencia de la literatura. Por tierra, mar o aire, los diferentes territorios se han enfrentado con pugnas que no dejaban indiferente a nadie, llegando a lugares nunca antes conquistados o formando imperios que abarcaban medio mundo.
Según los expertos, la primera guerra de la humanidad tuvo como escenario al territorio que hoy en día es Sudán y que recogió hace 13.000 años una serie de episodios violentos, dejando una gran cantidad de muertos, refugiados o gente utilizada como esclavos. Pero, ¿cuál fue la primera batalla naval de la historia? ¿qué ejércitos fueron los primeros en enfrentarse en el mar? ¿cuáles fueron las primeras embarcaciones que proclamaron el inmenso azul como su campo de batalla?
En las épocas más antiguas ya se podía comprobar el rol tan importante de las embarcaciones, que no solo servían como medio de transporte o para explorar nuevas áreas del planeta, sino también para conquistar y demostrar poder a través de las más crueles batallas.
Los expertos, por fortuna, siempre consiguen encontrar precedentes sobre lo que ya conocemos, de tal manera que descubrimos que nuestros antepasados y los hechos históricos van mucho más allá que unos miles de años. Así, aunque posiblemente hayan tenido lugar muchas otras anteriormente, o al menos, alguna contienda, lo cierto es que la primera batalla naval de la historia debidamente documentada se remonta al año 1210 antes de Cristo.
Los documentos históricos explican que detrás de esa batalla se encontraba la lucha de Suppiluliuma II, último rey de los hititas y que se enfrentó valientemente con sus correspondientes naves a una flota que procedía de Chipre.
En aquella batalla, salió el rey de los hititas como vencedor, y no solo derrotó a su oponente, sino que además se aseguró de acabar por completo con sus rivales y llegó a incendiar todos los barcos chipriotas que se encontraban en el mar. De acuerdo con algunos historiadores, esta y otras victorias posteriores fueron conseguidas, probablemente, gracias a barcos de Ugarit (antigua ciudad portuaria en la actual Siria).
Al comienzo de su reinado, Suppiluliuma II había logrado salir airoso de las contiendas a las que tuvo que enfrentarse, similares a las de sus inmediatos antecesores, con algunas revueltas en Arzawa, en Tarhuntassa, en Alasiya y en Siria..
La historia de los hititas reside en la península de Anatolia (luego conocida como Asia Menor y que comprende la mayor parte de la Turquía moderna). Su imperio, además de sus tierras, llegó a ocupar también partes de Chipre, Siria y Mesopotamia (la actual Irak). Pero la aparición por sorpresa de los conocidos Pueblos del Mar marcaron el final de su historia, causando grandes desórdenes en todo el mar Mediterráneo oriental.
Así, el Imperio hitita, probablemente debilitado por las luchas internas y la dependencia excesiva de sus vasallos, no fue capaz de resistir aquel asedio. El virreinato de Karkemish y el reino de Tarhuntassa sobrevivieron, pero durante un tiempo efímero. Kuzzi-Tesub, un gobernante de Karkemish, asumió más tarde el título de “Gran Rey”, ya que era descendiente directo de Suppiluliuma. Mientras tanto, se desconoce a día de hoy el fin de Suppiluliuma II, aunque algunos investigadores afirman que fue asesinado durante el saqueo de Hattusa, en 1190 AC.
Después de esa primera batalla registrada, hay evidencias que también se remontan a muchos siglos atrás, aunque no tan lejana como la de los hititas. Por ejemplo, unos relieves asirios que se remontan al año 700 antes de Cristo y en los cuales se pueden observar como unos barcos fenicios combaten sobre una especie de cubierta o puente, siempre por encima de los remeros.
La inflación está sangrando los bolsillos de los españoles y para ello está utilizando el gasto que hace a los hogares más vulnerables: la alimentación. Los consumidores notan los efectos de las presiones inflacionarias cada vez que ponen un pie en la calle. Todo está por las nubes. Los carburantes, la electricidad, el gas, la vivienda, el ocio, pero sobre todo, la cesta de la compra. En el mes de julio, la inflación anual en España se situó en el 10,8%, según señala el indicador adelantado del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este nuevo avance del Índice de Precios de Consumo (IPC) implica que los precios se elevaron en julio hasta niveles no alcanzados desde septiembre de 1984. Este nuevo «tirón» en la inflación española se debe principalmente a la subida del precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas. Y es que, aunque solo con entrar en supermercado se puede comprobar esta tendencia, cada vez son más los estudios que alertan de un encarecimiento nunca antes visto del precio de los alimentos. El último en en hacerlo ha sido el Banco de España, que pone el foco en el alza sin precedentes del precio de las materias primas alimenticias.
Los alimentos se encarecen más en España que en el resto de la zona euro
El artículo «El aumento de los precios de las materias primas alimenticias y su traslación a los precios de consumo en el área del euro» publicado por la Dirección General de Economía y Estadística de Banco de España expone que el precio de los alimentos supone el 17% del alza inflacionista en el conjunto de la zona euro, contribuyendo en 0,9 puntos al avance del índice armonizado de precios de consumo (IAPC) –que mide la inflación de los precios de consumo en la zona del euro asegurando la comparabilidad de los datos entre países–. Mientras, en España, el peso del encarecimiento de los alimentos aumenta hasta el 22%, contribuyendo en 2,9 puntos a la inflación del país. Es decir, en España los incrementos son mayores que en la zona euro.
Según el informe, en España, el precio del aceite se incrementó en junio un 37% interanual y los cereales, el café, los lácteos y huevos, y la carne lo hicieron en torno a un 16%, 11%, 16% y 10%, respectivamente. Mientras, en la zona euro las subidas fueron más moderadas. En los países que tienen como moneda común el euro, el aceite se encareció un 29% interanual, y los cereales y el café un 11%, mientras que lácteos y huevos, y carne lo hicieron en torno a un 12%
Si se comparan los incrementos desde enero de 2021, cuando empezó la escalada de precios de las materias primas alimenticias, la brecha entre el encarecimiento de la zona euro y el de España se agranda. En España, los precios han aumentado de forma más notable desde principios de 2021: un 56% el aceite, un 17% los cereales, un 16% los lácteos y huevos, y un 10% la carne. Mientras en el área del euro, el aceite es ahora un 34% más caro que en enero de 2021, y los cereales y los lácteos y huevos son un 12% y 13% más costosos, respectivamente.
La evolución futura de los precios de los alimentos está sujeta a una «elevada incertidumbre», advierte el informe, y la continuación del conflicto en Ucrania «seguirá ejerciendo presiones alcistas». Según señala el Banco de España, por una parte, estos países son importantes productores de materias primas alimenticias, como los cereales, y sus capacidades de producción y de exportación se encuentran significativamente limitadas. Por otra parte, el conflicto está afectando a los precios de la energía y de los fertilizantes, que son dos suministros cruciales en los procesos de producción de las actividades agrícolas.
Asimismo, apunta a que la escalada de los precios y las disrupciones en la oferta proveniente de Rusia y de Ucrania, junto con algunos desarrollos climáticos adversos, están llevando a algunos países a prohibir o a imponer restricciones a las exportaciones de algunas materias primas alimenticias, lo que supone un tensionamiento adicional de las cadenas globales de suministro de los alimentos, con el potencial de generar aumentos adicionales muy persistentes de los precios internacionales.
El incremento de los costes de producción provocará escasez parcial en otoño
En España el sector agrario ya ha alertado de un posible desabastecimiento de algunos productos, como la leche y el pollo, de cara al otoño, y de un mayor encarecimiento por la subida generalizada de costes de producción, que van desde los cereales, a los fertilizantes, la luz y el transporte, entre otros. Miguel Padilla, secretario general de COAG, señala en declaraciones a LA RAZÓN que «la voluntad de los productores es seguir produciendo», pero el sector está preocupado. «Por un lado, está el incremento de los costes de producción. Por otro lado están las adversidades climatológicas. Tenemos una sequía importante en gran parte del territorio nacional que ha afectado a todos los cereales, por eso ha habido una disminución de la cosecha, pero también está afectando al olivar, al viñedo y a otras muchas producciones. Y en tercer lugar, si el mercado no paga los costes muchas explotaciones se van a reconvertir, van a cerrar o van a disminuir la producción. Además, en el caso de los cereales, que se usan tanto para la alimentación animal como humana, hay que tener en cuenta que seguimos teniendo una gran dependencia de Ucrania», explica. En este difícil contexto, Padilla pide «priorizar la producción por encima de todo». De no hacerlo, «no cabe duda que habrá problemas de abastecimiento».
Según explica Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis y analista, a LA RAZÓN, en España «no hay un problema grave de suministro de materias primas, sino que hay un problema de gestión. El Gobierno ha sido incapaz de mantener a raya la inflación, como han hecho otros países, y por ello la subida de precios está provocando problemas en la cadena de suministro, pero no solo por la incidencia de la guerra o los cuellos de botella, sino por una mala gestión». «En vez de bajar impuestos, deflactándolos a la inflación, el Gobierno sigue acumulando ingresos récord mientras familias y empresas sufren una doble subida de impuestos, la inflación y las subidas que van a venir», subraya.
4% de los hogares españoles no puede permitirse hacer la compra
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya ha vaticinado cuánto más acabarán pagando los españoles por hacer la compra en el conjunto de 2022: 830 euros. Según sus cálculos, en base a datos de mayo de 2022 y 2021, la cesta de la compra ha subido de media en el último año un 15,2%, lo que supondrá un sobrecoste de más de 830 euros en el gasto anual de alimentación de una familia tipo. Pero teniendo en cuenta que los precios han seguido subiendo en los meses de junio y julio, es muy probable que el sobrecoste sea aún mayor.
El 94,5% de los productos del carrito ha aumentado de precio con respecto al año pasado y no hay visos de que la situación vaya a mejorar a corto plazo. Los productos que más suben según la OCU son el aceite de girasol (118%), las magdalenas (75,4%), la margarina (75,2%), los plátanos (63,6%), la pasta (59,9%), el aceite de oliva suave (52,6%), la harina de trigo (49,7%), los huevos (45,9%) y la mayonesa (42,9%).
En línea con el análisis de la OCU y el Banco de España, la consultora NielsenIQ detectó que las ventas totales de bienes de consumo en España en junio alcanzaron los 4.453 millones de euros, lo que supone un incremento del 11,5% respecto a lo gastado en la cesta de la compra un año antes. Además, si nos ceñimos solo a los alimentos, este segmento experimentó un crecimiento del 12,9% de las ventas en valor en junio de 2022. Según este estudio, los alimentos que más subidas de precio registraron fueron los ahumados (53%), el aceite (51%), la margarina (40%) la mantequilla (31%) las pastas (30%) o la bollería industrial.
La falta de pericia del Gobierno para atajar la inflación está repercutiendo directamente en los hogares más vulnerables, que se topan con serias dificultades para comprar alimentos básicos y se ven abocados a acudir a la beneficencia para poder llenar el estómago. Un informe de Kantar publicado recientemente advierte que el 4% de los hogares españoles ya no se puede permitir ni siquiera comprar los alimentos más primarios de la cesta de la compra, cuando antes de la pandemia y la elevada inflación no tenían estos problemas. Teniendo en cuenta que en España hay 18,7 millones de hogares –según la última Encuesta Continua de Hogares del INE–, este problema afecta a más de 750.000 familias que sufren serias dificultades para llenar la despensa por la subida de precios.
La organización Human Rights Watch (HRW) también cargó el pasado mes de junio contra el Gobierno de España por saltarse su deber de cumplir con el derecho de las personas a la alimentación, lo que, a raíz de la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus, ha obligado a muchas de ellas a buscar ayuda no gubernamental.
El secreto del mecanismo del botijo: por qué mantiene fría el agua más tiempo
Podría decirse que los actuales dispensadores de agua fría son la evolución del botijo.
Dos profesores de Química de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) desarrollaron un modelo matemático para explicar su funcionamiento.
20Minutos
El origen del botijo se dibuja en paralelo al de la civilizaciones que descubrieron la utilidad del barro cocido para crear utensilios y herramientas. Para remontarse al nacimiento de este recipiente hay que viajar mentalmente unos 5.500 años en modo back forward hasta Mesopotamia. Aquí comenzó el desarrollo de las primeras técnicas y usos con barro cocido.
Han tenido que pasar miles de años para que los académicos se fijaran en esta nevera natural para el agua y estudiaran la fórmula por la cual si uno acerca a un botijo, lo agarra por el asa y se lleva el pitorro a la boca, se puede disfrutar de un momento de frescor natural que ya quisieran las pastas de dientes modernas.
En 1990 Gabriel Pinto y José Ignacio Zubizarreta, profesores de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) se pararon a pensar y dibujaron sobre una pizarra la fórmula que descubre el efecto refrescante del agua en el interior de un botijo. Tal repercusión tuvieron sus estudios que se publicaron en 1995 en un artículo de la revista estadounidense Chemical Engineering Education.
No sabemos qué ocurriría si en vez de agua llenáramos el botijo de otros líquidos cercanos al espíritu. ¿Un tinto de verano? Dejemos que el botijo mantenga su idoneidad y que siga existiendo durante muchos miles de años más.
Hyperloop, el tren que uniría Barcelona y Madrid en media hora, podría ser una realidad antes de 2030
El Hyperloop, el tren supersónico, permitirá viajar de Barcelona a París en poco más de una hora
El Hyperloop es la gran apuesta de movilidad ideada por el magnate e ingeniero Elon Musk en el año 2013. Un tren supersónico que sería capaz de llegar a velocidades sólo al alcance de los aviones. La propuesta que hizo el hombre más rico del mundo es un sistema de transporte que permite viajar mediante unas cápsulas que deslizan magnéticamente dentro de tubos al vacío a velocidades superiores a los 1.000 km/h.
Yo creo que Hyperloop rompe la barrera psicológica de los 600 kilómetros por hora. Si vas de Barcelona a Sevilla ahora te interesa coger un avión, pero imaginate hacer este viaje o un Barcelona-París en mucho menos tiempo"
Andrés de León, CEO HyperloopTT
Una de las cuatro empresas que se tiraron de cabeza para desarrollar comercialmente este tren es HyperloopTT. Hablamos con el director, Andrés de León, que defiende así el proyecto: "Yo creo que Hyperloop rompe la barrera psicológica de los 600 kilómetros por hora. Aquí en España sabemos muy bien lo que es la alta velocidad, si quieres ir de Barcelona a Madrid, coges el AVE, pero si vas de Barcelona a Sevilla te interesa más coger el avión. Ahora imaginate ir de Barcelona a Sevilla o a París en tren para que tardes mucho menos. Esta demanda se acabará concentrando en los métodos terrestres."
De Barcelona a Madrid en media hora y Barcelona-París en 90 minutos
Según las estimaciones, un Barcelona-París con Hyperloop se podría hacer, de centro a centro, en algo más de una hora. El viaje en avión, recordémoslo, con todos los tiempos de desplazamiento sumados, roza las cuatro horas. El trayecto entre Barcelona y Madrid se situaría en los 40 minutos y eso supone toda una revolución en la movilidad porque acerca las grandes capitales europeas entre ellas y puede crear lazos más fuertes, especialmente entre las empresas de la Unión. Según las estimaciones en distancias de más de 1.500 kilómetros, el Hyperloop sigue siendo más rápido y práctico que el avión.
Acostumbro a decir que nos encontramos a años de distancia y no a décadas. Creo que hay posibilidades de implementar Hyperloop mucho antes de 2030"
Andrés de León, CEO HyperloopTT
Una realidad mucho antes de 2030
El director de HyperloopTT asegura que veremos este proyecto rodando mucho antes de lo que nos pensamos. "Acostumbro a decir que nos encontramos a años de distancia y no a décadas. Creo que hay posibilidades de implementar Hyperloop mucho antes de 2030. Tenemos un proyecto italiano, financiado por fondos europeos, para hacer 10 kilómetros entre Venecia y Padua." De hecho, otra empresa, Virgin Hyperloop, hizo la primera prueba con pasajeros el 8 de noviembre de 2020.
La legislación, otro punto de inflexión para el Hyperloop
Y para ver circular este medio de transporte revolucionario será necesario que se haga una legislación específica para el Hyperloop. Andrés de León especifica que "una de las cosas más importantes es la normativa y la regulación. Ya estamos trabajando con el Departamento de Transporte de los Estados Unidos y la Comisión Europea para disponer de una normativa de Hyperloop en dos años".
Un transporte neutro en emisiones
Si bien cada empresa intenta solucionar los viajes de Hyperloop a su manera y con su tecnología, todas coinciden en proponer un medio de transporte lo más sostenible posible. Por este motivo, De León asegura que, "los gobiernos se han dado cuenta de que necesitamos infraestructuras sostenibles y que desarrollarlas es una buena estrategia para reindustrializar la economía. Incluso la industria del transporte tradicional ha empezado a mirar con interés el proyecto de Hyperloop".