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Desde las paradas para autocares turísticos de la calle de la Marina (donde se han reubicado hace unas semanas), cada día miles de turistas se acercan a pie hasta la Sagrada Familia pasando por un embudo de menos de dos metros de anchura. Este es el espacio que deja en la acera una terraza instalada en una de las esquinas de la calle de Valencia con Marina. Los atascos de turistas y peatones en general son frecuentes y la situación ya hace años que dura.

"¿Por qué el Ayuntamiento no saca la terraza de la acera y la traslada a la calzada?", se pregunta Andreu Farràs, periodista y vecino del barrio. Es uno de los ejemplos que pone para denunciar, según él, la falta de actuaciones por parte del Ayuntamiento "desde hace decenios" para solucionar los problemas de movilidad que genera la masificación turística en los entornos de la Sagrada Familia.

Una inversión de 36 millones anunciada hace cinco años


La zona es, de hecho, uno de los tres "espacios de gran afluencia" donde el Ayuntamiento tiene previsto actuar de forma prioritaria a partir de este verano dentro del plan para gestionar la masificación, anunciado recientemente. Pero los inconvenientes que sufren los vecinos no son nuevos. Ya en 2018, cuando la Sagrada Familia regularizó la licencia de obras, se anunció, como parte del acuerdo, que la Junta Constructora invertiría 36 millones de euros en 10 años en mejoras en el entorno y en el transporte público.

Desde hace al menos cinco años no se ha invertido nada en los entornos a pesar de anunciarse un compromiso"
Andreu Farràs, vecino de la Sagrada Familia

Farràs pone más ejemplos de esta "desidia" hacia el barrio. Aunque estaba en la lista de actuaciones, "no se ha hecho ninguna mejora de los accesos del metro, como la salida de la Línea 5, donde se forman aglomeraciones y colas". Ni tampoco se ha avanzado en la urbanización de los tramos de la calle de la Marina y de Provenza cerrados al tráfico hace siete años. Una marquesina de bus, anulada desde 2017, continúa intacta y ocupando media acera.

Pero en este conflicto por el espacio público, las reclamaciones vecinales se han dirigido habitualmente hacia las terrazas. La FAVB acaba de poner en marcha una campaña de recogida de firmas para modificar su ordenanza y ha escogido precisamente la Sagrada Familia para iniciarla. "No todos, pero aquí hay restauradores que incumplen sistemáticamente las normas poniendo más mesas de las que tienen permitidas", asegura, desde la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia, Núria Prat.

Paradas ilegales de VTC en doble fila

Explica, además, que a la lista de obstáculos a la movilidad se ha añadido hace poco otro, pero en este caso no en las aceras sino en la calzada. En concreto, en cruces como el de las calles de Sicilia con Provenza es habitual ver "desde hace un par de meses" en cada esquina furgonetas negras VTC que llevan grupos privados de turistas al borde del templo. "El chofer los espera, aparcado mal en doble fila, y se acaba formando un caos", describe Prat.

Cuando aparece la Guardia Urbana, agujerea rápidamente a los chóferes mal aparcados, pero todo ello demuestra el potencial de la masificación alrededor de la Sagrada Familia. Los visitantes del templo no han parado de crecer en los últimos años y los que entraron superaron los cuatro millones y medio en 2023. Pero son muchos más los que se la miran desde fuera y se mueven por los alrededores: se calcula que son 20 millones de personas cada año.