Rusia ha realizado este miércoles un lanzamiento de prueba con el misil balístico intercontinental Sarmat, también conocido como Satán II, según han confirmado las autoridades rusas.

Putin ha marcado músculo así ante "quienes están tratando de amenazar a nuestro país", según ha dicho este mismo miércoles, "que hará que se lo piensen dos veces", según recoge la agencia rusa Interfax.

El misil, que fue lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk, alcanzó su destino a 6.000 kilómetros de distancia en el polígono de Kurá, en la península de Kamchatka, bañada por el Océano Pacífico.

El Ministerio de Defensa ha informado que el 'Sarmat' fue lanzado a las 15.12 (hora local) desde un cosmódromo en la región de Arcángel, en la zona noroeste de Rusia. El proyectil completó con éxito todas sus fases, según la versión oficial, recogida por la agencia de noticias Interfax.

Putin ya presentó en sociedad el Sarmat el 2 de marzo de 2018, justo antes de su reelección, durante un controvertido discurso sobre el estado de la nación.

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Entonces advirtió a Occidente que el Sarmat tiene un "alcance prácticamente ilimitado", por lo que el sistema antimisiles norteamericano "no tendrá nada que hacer".

Planes a largo plazo

Una vez completada la fase de ensayos, el 'Sarmat' pasará a formar parte de las Fuerzas de Misiles Estratégicos y, de hecho, ya se estaría entrenando en Krasnoyarsk al primer regimiento responsable de su potencial uso. Su radio de alcance se estima entre 17.000 y 18.000 kilómetros.

El presidente ruso, Vladímir Putin, confía en que este nuevo misil haga pensar a quienes están intentando "amenazar" a Rusia y ha advertido de que el 'Sarmat' puede sortear todos los sistemas de defensa actuales. En este sentido, ha asegurado que no habrá una tecnología similar en mucho tiempo.

Este refuerzo armamentístico entronca con la reivindicación rusa de su arsenal en plena ofensiva militar en Ucrania. Putin llegó a poner en alerta a las fuerzas nucleares en los días posteriores a la invasión, si bien por ahora su Gobierno sostiene que nunca cruzará esta línea roja