Rusia amenazó este jueves con el despliegue de armas nucleares en el Báltico si Suecia y Finlandia ingresan en la OTAN.  "Habrá que reforzar a la agrupación de fuerzas de tierra, la defensa antiaérea, desplegar importantes fuerzas navales en las aguas del golfo de Finlandia. Y en ese caso ya no se podrá hablar de un Báltico sin armas nucleares. El equilibrio debe ser restablecido", aseguró el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev.

En el día 50 de la contienda siguen los bombardeos rusos en la región de Járkov, en el noreste del país. Los últimos han causado al menos cuatro muertos y diez heridoS. Mientras, en el sur, en Mariúpol, la alcaldía afirma que los civiles muertos en los ataques sobrepasarían los 20.000 y no se descarta que puedan llegar a 30.000. Rusia ha anunciado que ya está en posesión del puerto, pero le queda por tomar la parte industrial

Por otra parte, el crucero Moskva, el buque insignia de la flota rusa del Mar Negro, ha sido alcanzado este miércoles por misiles, lo que causó "graves daños", según anunció una fuente militar ucraniana. Los rusos lo niegan y aducen que los daños son fruto de un incendio sufrido en el interior del buque.

Las Fuerzas Armadas de Rusia advirtieron, sin embargo, que lanzarán ataques contra los centros de toma de decisiones [de Ucrania], incluyendo Kiev", si continúan los "intentos de sabotaje y de ataques por parte de tropas ucranianas contra infraestructuras en territorio de Rusia", en una clara amenaza del portavoz del Ministerio de Defensa del Kremlin.

En el oeste del país, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, vistó este miércoles la ciudad ucraniana de Bucha, donde se descubrió una masacre de civiles tras la salida de las tropas rusas, y afirmó que existen "motivos para creer que se están cometiendo crímenes de guerra". 

El empleo de armas químicas, entre tanto, sigue protagonizando la actualidad de la guerra en Ucrania. Moscú se empeña en negar su uso, y Kiev acusó este miércoles al Ejército del Kremlin de lanzar bombas de fósforo blanco en Novodanilivka, junto a Mariúpol. 

El presidente de EE UU, Joe Biden, fue un paso más allá y este martes utilizó la palabra "genocidio" para describir la ofensiva rusa. Horas después la Casa Blanca matizaba sus palabras. Biden "no se está adelantando" al trabajo de los tribunales internacionales, puntualizan en la Casa Blanca sino que está hablado "de lo que siente".