La inflación dispara a las personas que piden comida en la parroquia de Santa Ana
Hasta mediados de agosto, el Hospital de Campaña de la iglesia ha ofrecido 5.371 comidas y prevé alcanzar cifras récord de comidas servidas.
El verano no ha dado tregua a los voluntarios del Hospital de Campaña de la parroquia de Santa Ana. Y no sólo eso, sino que las colas de personas vulnerables o sin hogar para pedir alimento han crecido en los últimos días. Hasta el 17 de agosto, la iglesia ha ofrecido 5.371 desayunos, almuerzos y cenas, y prevé superar con creces las comidas que se sirvieron en agosto de 2021. La fundación apunta que la inflación descontrolada de los últimos meses ha llevado a más gente al comedor social, incluso algunos pensionistas, ante el encarecimiento de los precios en los mercados y supermercados.
Durante agosto del año pasado, en la parroquia se dieron 6.710 comidas y, teniendo en cuenta el ritmo de servicios actual, los responsables del Hospital de Campaña creen que este agosto se pasará de las 9.000 comidas. De hecho, durante julio ya se llegó a los 10.000: los voluntarios de Santa Ana ofrecieron 3.086 desayunos, 3.025 comidas y 3.889 cenas.
Más comidas cocinadas en verano que en pleno enero
Las cifras son de récord y eso que desde la parroquia se esperaban que este verano, con la pandemia normalizada y sin restricciones, el número de usuarios del servicio se reduciría. Los responsables de la iniciativa sentenció, pues, que la necesidad de alimento en la ciudad ha aumentado. Ahora han repartido, incluso, más comidas que en pleno enero, cuando hicieron 7.158.
Con todo, los responsables de Santa Anna también pronostican que 2022 cerrará con más comidas servidas que en 2021 y lo atribuyen a las consecuencias sociales y económicas de la crisis de la covid-19. Según el último censo de Raíces Fundación (elaborado en junio), hasta 1.231 personas sin hogar duermen en la calle en Barcelona; una cifra que ya hace cuatro años que no baja del millar.
Más voluntarios para afrontar la alta demanda
Ante la alta demanda que han experimentado estas últimas semanas, en la parroquia de Santa Ana se han visto obligados a incrementar el número de voluntarios que trabajan en cada turno de comidas. Donde más han notado el incremento de la necesidad de comer ha sido en los desayunos y, sobre todo, en las cenas.
Todo ello les hace temer un invierno muy duro, teniendo en cuenta que ahora ya están "desbordados" y "al límite". Como este mes está yendo más gente de la que se esperaban, a menudo los voluntarios han tenido que improvisar comidas o comprar productos de última hora para poder llegar a todo el mundo.
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