El barómetro municipal no deja lugar a dudas. Los comunes están cada vez más contra las cuerdas según la opinión de los ciudadanos. No es algo que afecte únicamente a la popularidad de la actual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sino que también afecta a la percepción que estos tienen del Ayuntamiento de Barcelona y su funcionamiento.
Por primera vez, el número de barceloneses que valoran como mala o muy mala la gestión del consistorio supera el 50% de los encuestados. En concreto, el 50,4% de los barceloneses tienen esta opinión de la administración local, frente a un 35% que todavía consideran que hay una buena gestión.
En este sentido, la tendencia es descendente. A tan solo unos cinco meses de que se celebren las próximas elecciones municipales, la lideresa municipal y su grupo tienen que hacer frente a una opinión negativa generalizada que no ha dejado de empeorar desde 2018, momento en el que la administración Colau alcanzó unos máximos de popularidad (55,1%).
En ese mismo año, la opinión sobre la gestión de los comunes al frente del consistorio comenzó a empeorar y, actualmente, se encuentra en mínimos históricos. En los últimos cuatro años se ha casi doblado el número de barceloneses que valoran negativamente el papel del Ayuntamiento, pasando del 29,1% inicial al actual 50,4%.
LOS COMUNES, EN MÍNIMOS HISTÓRICOS
Los últimos datos presentados por el Ayuntamiento están desactualizados. Los resultados acerca de la valoración de los líderes políticos y la intención de voto de los partidos es la misma que la que se presentó en el barómetro municipal del pasado mes de junio. Los comunes siguen con la puntuación más baja de la serie histórica, así como la valoración de Ada Colau, cuya nota es la peor desde que se tienen registros en un alcalde (4,1) y solo se equipara en la que obtuvo el socialista Jordi Hereu al final de su mandato.
Curiosamente, existe un pacto acordado en 1998 por el que el barómetro no incluye nuevos datos o calificaciones de ninguno de los líderes políticos ni de intención de voto debido, precisamente, a la proximidad de las elecciones. Por ello, los resultados presentados son iguales a los de verano: los comunes seguirían los primeros en intención de voto (11,9%). No obstante, la mayoría de las encuestas que no dependen del Ayuntamiento le dan la victoria a ERC, con Ernest Maragall a la cabeza. Otras, le adjucan la vara de alcalde a Jaume Collboni si bien es cierto que BeC, ERC y PSC obtendrían el mismo número de escaños.
LA MOVILIDAD, 'DILUIDA' EN LA ENCUESTA
El principal problema que preocupa a los barceloneses es la inseguridad, según los últimos datos. Sin embargo, en el barómetro aparece diluida la problemática de la movilidad. En el documento presentado por el consistorio, no hay una pregunta sobre la percepción del tráfico o la movilidad de forma general, sino que hay varias. Dicho de otra manera: los barceloneses preocupados por el estado del transporte en la capital catalana tienen que elegir si lo que más les preocupa es la gestión y organización del tráfico, la congestión del tráfico, aparcamientos, transportes infraestructuras y comunicaciones, otros problemas de circulación, circulación de bicis y patinetes, demasiado vehículo privado en la ciudad, obras y urbanismo.
El grupo municipal del PP ha denunciado que poner tantas variables excluyentes entre ellas, pero que todas afectan a la circulación supone una estrategia del gobierno municipal para "esconder el fracaso del urbanismo táctico". Sostiene el grupo municipal del PP que si se creara una categoría de Movilidad que englobara solo las opciones de gestión y organización del tráfico, la congestión del tráfico, aparcamientos, circulación de bicis y patinetes y demasiado vehículo privado en la ciudad, la movilidad en Barcelona ascendería a la tercera cuestión que más preocupa a los ciudadanos de la urbe (el 9,7%).
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