La previsión del Gobierno es que el déficit de la Seguridad Social acabe este año en el 0,5%, pero S&P advierte de que habría que añadir las trasferencias del Estado, con las que rondaría el 1,8% del PIB
S&P Global Ratings ha alertado este jueves, durante un encuentro con los medios para presentar sus perspectivas económicas del año, que el déficit de la Seguridad Social que proyecta el Gobierno para este año, del 0,5%, no es real. A esta cifra habría que añadir las transferencias del Estado por los denominados "gastos impropios", que suponen alrededor de 15.500 millones. De esta forma, el déficit de la Seguridad Social, en realidad, rondará el 1,8% del PIB, según los cálculos de la agencia de calificación crediticia.
S&P ha reconocido que si bien esta es una práctica "habitual" que ocurre en "bastantes países", es importante tenerlo en cuenta de cara a la reducción de déficit de las Administraciones Públicas que España debe llevar a cabo, pues alrededor de la mitad de ese déficit está generado por la Seguridad Social.
Además, el director de Ratings Soberanos, Marko Mrsnik, ha destacado que la reducción del déficit es ahora especialmente relevante, pues los gastos en intereses de la deuda irán en aumento con la subida de tipos y jugarán en contra de este objetivo, aunque en todo caso los países han alargado la vida media de la deuda y eso ayudará.
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ya advirtió de que la Seguridad Social alcanzará un déficit récord en 2023 de 31.800 millones sin la 'inyección' de ingresos del Gobierno prevista, de 19.900 millones, para cubrir los "gastos impropios" por su carácter asistencial y no contributivo. El compromiso de que el Estado asuma estos gastos está incluido en la última reforma de las pensiones impulsada por el ministro José Luis Escrivá con el objetivo de "equilibrar las cuentas del sistema público de pensiones".
La Seguridad Social registró superávit entre 1999 y 2010, aunque ya en 2009, coincidiendo con el inicio de la crisis financiera, inició una tendencia negativa, con disminuciones del saldo positivo en 2009 y 2010 y déficit a partir de 2011. El desfase de ingresos y gastos más elevado de la historia de la Seguridad Social se alcanzó en 2020, año de la pandemia, con un saldo negativo de 30.221 millones.
Crecimiento del 0,9% en 2023
Además, las previsiones de S&P apuntan a que España crecerá un 0,9% en 2023, por debajo del 2,1% que prevé el Gobierno en sus Presupuestos y también lejos del 3,3% que contemplaba la agencia en mayo de 2022 para España. Al ser preguntado sobre los factores que afectan a que su previsión sea más baja que la del Ejecutivo, Mrsnik ha comentado que concierne a todas partes del PIB, especialmente al consumo y la inversión.
En 2022 calcula que la economía española creció un 4,6%, situándose a la cabeza de las grandes economías europeas, aunque aún no ha recuperado el nivel previo a la pandemia. En todo caso, desde S&P han explicado que la ralentización económica no afectará igual a todos los sectores: mientras las áreas que dependen del consumo (como el comercio o el automóvil) y las intensivas en energía (como la industria química) se verán perjudicadas, las empresas de materias primas o energía se verán beneficiadas.
En cuanto a la inflación, han comentado que la media del año 2023 se moderará hasta el 5,7% en la eurozona y hasta el 5,1% en España (frente al 8,5% con el que ha cerrado el 2022), aunque la subyacente continuará elevada, lo que llevará al Banco Central Europeo (BCE) a subir los tipos de interés hasta el 3% a mediados de año para después bajarlos en 2024.
Posible impacto electoral en el déficit
Respecto al déficit, la previsión de S&P es que se sitúe en el 4% en 2023, sólo una décima más que el 3,9% que proyecta el Gobierno, aunque Mrsnik ha advertido del impacto que puede tener el año electoral y que de ello dependerá que haya más desviaciones, un riesgo que ve "probable". Sin embargo, preguntado por qué le parece la revisión al alza que acaba de realizar la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) al 4,5% "por las medidas de gasto aprobadas" y si contemplan subidas próximas de su cifra, que acordaron en noviembre, ante las ayudas aprobadas a final de año lo ha descartado de momento.
Mrsnik ha advertido de que el saldo estructural de las Administraciones Públicas según los datos del propio Gobierno se basa en el ciclo y no en medidas estructurales para reducir el déficit.
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