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La Generalitat permitirá que se sigan regando los árboles públicos como había pedido el Ayuntamiento de Barcelona y también utilizar las piscinas de uso público y deportivo
La Generalitat de Cataluña está preparando una serie de medidas que se pondrán en marcha cuando se decrete la fase de emergencia por la sequía, previsiblemente este próximo mes de enero. Según ha avanzado el consejero de Acción Climática, David Mascort, se prohibirá el uso de las duchas de las instalaciones deportivas, incluidos gimnasios, piscinas o los clubes de fútbol, porque es donde se produce el principal gasto de agua. "La intención es que no deberíamos usar las duchas en general", ha afirmado Mascort. En cambio, si que se podrán continuar regando los campos deportivos cuando sea estrictamente necesario.
La prohibición entrará en vigor cuando se decrete la fase de emergencia. Mientras tanto, sin embargo, el gobierno invita a los clubes, entidades y ayuntamientos a aplicarlo desde ahora mismo. "Lo que decimos es que sería bueno que lo hicieran todos hoy, sin necesidad de prohibir nada", ha pedido.
"Ya lo hicimos con la covid"
El consejero ha recordado que la prohibición de utilizar las duchas ya se puso en práctica durante la pandemia. "Ya lo hicimos con la covid. Hacíamos deporte y marchábamos a casa a ducharnos. Seguramente se tendrá que volver a hacer", ha explicado en rueda de prensa. En este sentido, ha puesto por ejemplo un club de natación donde, según sus responsables, el 70 % del consumo de agua proviene de las duchas, no de la piscina.
Podrán regarse los árboles públicos
La Generalitat también quiere modificar el plan especial de sequía para permitir que se puedan seguir utilizando las piscinas de uso público y deportivo. Además, el gobierno permitirá que se sigan regando los árboles públicos para que no mueran. Esta, precisamente, era una de las peticiones que el Ayuntamiento de Barcelona había hecho a la Generalitat y que estaba pendiente de respuesta.
Entre las medidas que el gobierno también quiere incluir para cuando se decrete el estado de emergencia, está la de aplazar la apertura de nuevas actividades que comporten un uso intensivo de agua, en cualquier ámbito. Esto afectará tanto a los usos agrícolas e industriales como también al sector turístico, aplazando por ejemplo la apertura de nuevos hoteles.
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