Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos que desempeñan un papel insustituible en muchos productos tecnológicos modernos esenciales.
Teléfonos inteligentes, televisores de pantalla plana, cámaras digitales y LED dependen de ellos, pero podría decirse que uno de sus usos más importantes es la fabricación de lo que se conoce como "imanes permanentes”, capaces de conservar sus propiedades magnéticas durante décadas. Son pequeños y ligeros, pero su rendimiento es muy elevado. Por ello, son fundamentales para la construcción de vehículos eléctricos y turbinas eólicas.
Pero los usos de los elementos de tierras raras, también conocidos como por el acrónimo en inglés RRE (ETR en castellano) no acaban ahí. También son fundamentales para una amplia gama de tecnologías de defensa, desde aviones de combate hasta submarinos y telémetros láser.
Su estratégica importancia estratégica en comercio y defensa es parte de lo que los hace tan valiosos. El neodimio y el praseodimio, los ETR más importantes para los imanes permanentes, se venden actualmente a unos 55 euros (62 dólares) el kilogramo. El kilo de terbio puede llegar a costar 850 euros.
¿De dónde proceden?
El reto consiste en encontrar zonas con concentraciones lo suficientemente elevadas como para que su extracción sea económicamente viable. Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, el 70 por ciento de las tierras raras del mundo se extraen en China, la mayoría en la mina de Bayan Obi, al norte del país.
Esta única fuente es mucho mayor que los siguientes yacimientos más grandes del planeta, como Mount Weld en Australia y Kvanefjeld en Groenlandia, y contiene grandes cantidades de todos los elementos de tierras raras utilizados para fabricar imanes.
Una vez extraídos de la tierra, se someten a un proceso altamente especializado de separación y refinamiento, con el objetivo de convertirlos en compuestos utilizables. Este proceso también se lleva a cabo en gran parte en China, lo que significa que el país no sólo proporciona la mayoría de los metales de tierras raras del mundo, sino también, la mayoría de sus imanes.
El monopolio de China se hace más evidente si observamos la clasificación de los 17 elementos de tierras raras en tres grupos: ligeros, medios y pesados.
Los elementos ligeros suelen ser, con excepción del neodimio y el praseodimio, menos valiosos y más fáciles de obtener. Entre el 80 y el 100 por ciento de los elementos de este grupo suministrados a la UE proceden de China. Por el contrario, los elementos más pesados son, en general, mucho menos abundantes y requieren un proceso de separación aún más especializado. Europa se abastece al 100 por cien de estos elementos en China.
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