España expulsa a 25 diplomáticos rusos por considerarles una "amenaza" pero salva al embajador de Rusia del castigo
- El Gobierno se alinea con la respuesta de otros países europeos tras la masacre vista en Bucha y en Mariúpol.
- El embajador podrá seguir en Madrid porque el Ejecutivo quiere que el embajador español continúe en Rusia.
El Gobierno de España ha decidido expulsar a al menos 25 diplomáticos rusos y personal de la Embajada de ese país en Madrid. Lo hace al considerar que dichas personas "representan una amenaza para la seguridad de nuestro país" y tras la masacre vista en ciudades ucranianas como Bucha o Mariúpol. Eso sí, el embajador ruso podrá continuar en Madrid al salvarle el Ejecutivo del castigo para "darle una oportunidad al diálogo" y que el embajador español en Moscú no sea expulsado.
"Se les dará unos días, pero no muchos", ha anunciado este martes el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que ha afirmado que esta tarde llevará a cabo una ronda para informar a los grupos parlamentarios. Según ha expuesto Albares, dichos diplomáticos “representan una amenaza para la seguridad de nuestro país”, aunque al ser preguntado sobre si ha conocido si llevaban a cabo labores de espionaje o similares ha evitado dar más detalles.
Sí ha sido más contundente al condenar las imágenes vistas en ciudades ucranianas cuyo desastre ha quedado a la vista tras la retirada de las tropas rusas de los alrededores de Kiev, como es el caso de Bucha, o de otras localidades de las que se han distribuido imágenes de soldados rusos llevando a fallecidos ucranianos a morgues, en referencia a Mariúpol, que ha sido asediada durante semanas. Según el ministro, esas imágenes son “insoportables” e “indignantes” y suponen “un punto de inflexión ante el que la comunidad internacional no puede permanecer impasible”.
“Exigimos que los crímenes de guerra sean castigados y que los responsables sean juzgados”, ha añadido Albares, que ha recordado que España ya pidió, junto a otros 38 países, que el tribunal penal internacional juzgase a Vladímir Putin, presidente de Rusia, para que los asesinatos de guerra “no queden impunes”. “La comunidad internacional no puede permanecer impasible”, ha continuado.
Eso sí, las acciones de España no alcanzarán al embajador ruso en Madrid, al que el Gobierno ha decidido salvar de la quema. La razón, según el responsable de Exteriores, es que el Ejecutivo pretende darle “una oportunidad” al diálogo y también quiere mantener al embajador español en Moscú porque “no perdemos la esperanza de que la guerra termina y volvamos a las vías diplomáticas”. Y es que, Albares ha confesado que Rusia está respondiendo “con simetría” a las medidas de este tipo que se adoptan contra ella. “Lo que no son simétricos con los motivos”, ha lanzado Albares.
Presión a Alemania para que deje de comprar gas ruso
En el ámbito de las sanciones a Rusia hay una que es primordial para el Gobierno ucraniano: que Alemania deje de comprar gas a Rusia. El país federal es uno de las principales potencias que reciben gas del país de Putin. Por ello le inyecta al día 200 millones de euros. Unos fondos que están sirviendo a Rusia para financiar la guerra y que desde otros páises que no son Ucrania están presionando para cortar, como es el caso de los Estados Unidos.
Preguntado al respecto, Albares no ha querido interpelar al país alemán directamente, pero sí ha apostado por que la Unión Europea tome "aquellas medidas que puedan acortar el esfuerzo de guerra e impedir que esta se financie con fondos europeos". No obstante, ha dicho "comprender" que hay países "que tienen una exposición al gas mucho mayor" que España, aunque ha aclarado que "no cejará en que se tomen todas las decisiones posibles para poner fin a la guerra".
Así fue la masacre de Bucha