lunes, 18 de abril de 2022

Artemisio, la batalla naval entre griegos y persas que se disputó al mismo tiempo que la de las Termópilas

 

Artemisio, la batalla naval entre griegos y persas que se disputó al mismo tiempo que la de las Termópilas











La Brujula Verde




La campaña de invasión de Grecia ordenada por el rey persa Darío I y continuada por su hijo Jerjes I resultó tan desastrosa que perdió la mayoría de las batallas importantes en que su fabuloso ejército se vio envuelto por tierra y mar, desde Salamina a Mícala, pasando por Platea. Y la única que ganó, la de las Termópilas, se convirtió en una leyenda propagandística del enemigo. Hasta se encontró con la meteorología en contra, siendo ésta decisiva en el choque naval disputado precisamente al mismo tiempo que se intentaba forzar el estratégico paso que defendían Leónidas y sus espartanos. Nos referimos a la batalla de Artemisio.

Artemisio es el nombre de un cabo de la costa noreste de la isla de Eubea, famoso no sólo por el citado enfrentamiento de la Segunda Guerra Médica sino también porque allí, en su fondo marino, se encontraron en 1928 dos imponentes estatuas de bronce: la del jinete homónimo y la de Poseidón (otros la identifican como Zeus), que hoy se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Pero lo que nos ocupa aquí es ese episodio de la contienda que enfrentó a griegos y persas en la primera mitad del siglo V a.C. Se produjo diez años después que la anterior y por herencia.

Porque, como decíamos al comienzo, fue Darío I quien la empezó como operación punitiva contra el apoyo que las polis de Grecia -sobre todo Atenas y Eretria- habían dado a la Rebelión Jonia, la insurrección que las doce ciudades helenas ubicadas en la costa de Asia Menor habían iniciado contra el Imperio Aqueménida en el año 499 a.C. y que terminó aplastada por el poder abrumador del Rey de Reyes. Darío decidió castigar a los griegos continentales y, probablemente, aprovechar para instalar en su tierra bases desde las que controlar su comercio y su política.

Los héroes de Maratón, obra de Georges Rochegrosse/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Dirigida por Mardonio (que era sobrino o cuñado suyo), quien primero sometió Tracia y Macedonia para después avanzar hacia el sur, sufrió un revés cuando una tormenta desmanteló su flota y obligó a Darío a enviar embajadores a todas las polis exigiendo la sumisión. Ésta fue rechazada terminantemente por atenienses y espartanos, que incluso ejecutaron a los heraldos persas, como ya contamos en otro artículo. Entonces se inició una nueva operación, dirigida por los generales Artafernes y Datis, que conquistaron Naxos, Eretria y las islas Cícladas, avanzando hacia el Ática… hasta estrellarse contra los atenienenses del estratego Milcíades en Maratón.

Eso puso fin a la Primera Guerra Médica, pero no al deseo de Darío I de vengarse de la injerencia griega en Jonia. Inmediatamente empezó los preparativos de un nuevo ejército, interrumpidos primero por una revuelta en Egipto y después por su fallecimiento en el 486 a.C. Jerjes I, su heredero, reprimió a los egipcios y retomó el plan paterno, iniciando la invasión de Grecia en el 480 a.C. bajo su mando directo. La mayoría de las polis se sometieron o permanecieron neutrales, pero otras setenta se dispusieron a resistir la acometida persa.

Como hiciera Mardonio, tras cruzar el Helesponto, la campaña empezó por Tracia y Macedonia, bajando hacia Tesalia. El camino hacia el sur (Beocia, Ática, el Peloponeso) obligaba a pasar por un estrecho desfiladero, orográficamente complicado, que fue el que eligieron los hoplitas espartanos, tespios, tebanos y focios, dando tiempo a los peloponesios a evacuar a mujeres y niños de Atenas a Trecén, así como a preparar una línea de defensa en el istmo de Corinto. Asimismo, la flota griega fondeó en el estrecho de Artemisio para evitar que el enemigo superase esos obstáculos rodeándolos por mar e impedir el aprovisionamiento a su ejército de tierra, necesario dadas sus colosales dimensiones (un rumor decía que sus soldados secaban los ríos al beber).

El mundo durante las Guerras Médicas/Imagen: Juan José Moral en Wikimedia Commons

Y es que Darío contaba con una fabulosa cantidad de barcos, entre ochocientos y mil doscientos (entre ellos los cinco que capitaneaba personalmente Artemisia I de Caria) según cuentan las fuentes -probablemente exageradas-, frente a los doscientos setenta y uno que dirigían tres estrategos, el espartano Euribíades, el corintio Adimanto y el ateniense Temístocles. Ese triple mando era un buen ejemplo de la desunión helena y la desconfianza hacia Atenas, que era la principal aportadora de naves a la flota conjunta gracias a que Temístocles, veterano de Maratón, había insistido en impulsar un ambicioso programa de construcción de trirremes.

De hecho, los desacuerdos entre los tres fueron constantes y aunque el mando supremo correspondía a Euribíades, en la práctica las táctica fue dictada por el ateniense. En parte, gracias a un soborno, según Heródoto: cuando la flota llegó a Eubea y contempló aquel número enorme de barcos rivales, se planteó la posibilidad de retirarse, pero los eubeos pagaron a Temístocles para que se quedara, entregando él la cantidad a su superior por la misma causa (cabe puntualizar que Heródoto era hostil a Temístocles por las razones que veremos luego).


La armada griega venía desde Calcis, donde había estado esperando al enemigo durante diez días, a salvo de la fuerte tormenta que duró dos jornadas y sorprendió a los persas en aguas abiertas, a la altura de Magnesia, hundiendo un tercio de sus naves. Aún así seguía manteniendo una superioridad de tres a uno, de ahí que los eubeos recurrieran al dinero para no quedar desamparados. Acabada la tempestad, los griegos se situaron en Artemisio para proteger el flanco oeste de las Termópilas, donde Jerjes se encontró con la sorpresa de que los hoplitas que defendían el paso permanecían en sus puestos en vez de huir, como él esperaba.

Unas horas más tarde, el rey dio la orden de ataque mientras su flota tomaba posiciones en Áfetas, la costa que estaba frente a Artemisio, enviando un contingente de doscientas naves hacia el sur de Eubea para cortar la posible retirada de los trirremes griegos. Un desertor nadó hacia éstos y les advirtió, decidiendo a sus mandos a lanzarse al ataque. Ya se estaba poniendo el sol, lo que en principio favorecería a aquel que tuviera peor suerte en el combate, ya que la oscuridad ampararía su retirada. Y todo parecía indicar que ese papel les correspondería a los helenos.

Así debieron pensarlo los persas, que también soltaron amarras y navegaron dispuestos al choque. Conscientes de que los barcos enemigos eran más livianos y ágiles, y por tanto tratarían de meterse por los huecos de su formación para embestirles de costado (una táctica denominada diekplous), Euribíades ordenó estrechar espacios y juntar las popas lo máximo posible, para recibir el choque. Pero era un ardid para que los persas se confiaran, pues al poco se ordenó bogar contra ellos. En efecto, la sorpresa permitió a los griegos imponerse, perdiendo los otros una treintena de unidades.

Maqueta de un trirreme griego/Imagen: Matthias Kabel en Wikimedia Commons

La caída de la noche impidió atacar a la mencionada flotilla que bloqueaba la retaguardia, pero no hizo falta porque se desató una nueva tormenta que la desbarató, mermando más las fuerzas de un Jerjes cuya estupefacción iba en aumento al comprobar cómo Leónidas, el jefe de los hoplitas en las Termópilas, lograba rechazar su ataque. Por eso al día siguiente los marinos persas no combatieron -salvo en algunas escaramuzas menores, todas adversas-, dedicándose a reparar sus embarcaciones. Por contra, Temístocles recibió medio centenar de trirremes de refuerzo enviados desde Atenas.

Las hostilidades se reanudaron al tercer día con un ataque total por parte de la flota griega para impedir que el enemigo cerrase el estrecho. La lucha se prolongó durante horas y no terminó hasta la puesta del sol. Las pérdidas fueron similares para ambos bandos, aunque resultaron más gravosas para los griegos por disponer de menos efectivos, de ahí que sus comandantes celebrasen un consejo de guerra para tomar una determinación: ¿mantener la posición -cosa difícil con cientos de barcos perdidos- o retirarse dejando solo al ejercito terrestre?

La llegada de un mensajero resolvió la duda: las Termópilas habían caído, pereciendo Leónidas con todos sus hombres; quedarse en Artemisio ya no tenía utilidad estratégica. La flota se retiró (no sin practicar antes la táctica de tierra quemada en Eubea, lo que dificultó el aprovisionamiento de las fuerzas de Jerjes), reagrupándose en la bahía de Salamina, en la costa ática, colaborando en la evacuación de la población. Allí se enfrentaría a la adversaria en una batalla que Temístocles se empeñó en presentar (frente a las dudas de Adimanto, que no habría querido participar, aunque hay controversia al respecto) porque la superioridad numérica enemiga se vería anulada por la estrechez del lugar.



La batalla de Salamina, al contrario que la de Artemisio, resultó decisiva y privó de apoyo naval al ejército persa, que avanzaba imparable ocupando Beocia. La derrota de Jerjes se consumaría por tierra en Platea y otra vez por mar en Mícala, de nuevo dos enfrentamientos simultáneos (el 27 de agosto del 479 a.C.), poniendo fin a la amenaza de invasión. Euribíades y Temístocles fueron recibidos como héroes; sin embargo, el segundo caería luego en desgracia e, irónicamente, se exiliaría en la corte de Artajerjes, hijo de su enemigo y nuevo rey aqueménida, de ahí la ojeriza que Heródoto le manifiesta.

Pese a su inanidad, Artemisio había cargado de moral a los griegos hasta el punto de que Píndaro (el poeta cuya casa en Tebas sería la única que Alejandro Magno dejó indemne cuando ordenar arrasar la ciudad) describió el sitio como aquel «donde los hijos de Atenas establecieron la piedra fundacional de la libertad»






Canal FSemana Fisioterapia : DOLOR de cadera al DORMIR de LADO. ¿Qué es y qué puedo hacer?

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DOLOR de cadera al DORMIR de LADO. ¿Qué es y qué puedo hacer?


00:00 Intro 00:13 Explicación sobre la hernia discal 01:02 Que es una hernia discal 04:46 Causas de la hernia discal 06:19 Disfunciones viscerales 08:25 Outro Una hernia discal es una condición médica que afecta a la columna vertebral en la que un desgarro en el anillo exterior , fibroso de un disco intervertebral permite que el núcleo pulposo sobresalga más allá de los anillos exteriores dañadas.



https://youtu.be/ZFRn6W-p_0o

Canal FSemana Historia : ¿Que secretos se esconden bajo el hielo en la Antártida?

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¿Que secretos se esconden bajo el hielo en la Antártida?


La Antártida tiene varios récords y se le han acuñado muchos nombres a lo largo de los años. El continente helado en el Polo Sur no solo es la masa terrestre más fría sino también la más seca y tormentosa de nuestro planeta. Con un área gigantesca de 14 millones de kilómetros cuadrados, la masa continental helada es casi 40 veces el tamaño de Alemania, lo que la convierte en una de las masas de tierra deshabitadas más grandes del mundo, y una de las únicas masas de tierra deshabitadas, de hecho.



https://youtu.be/6svNg2GcSFI

Canal FSemana Recetas : HUEVOS RELLENOS CON BECHAMEL Y ATÚN

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 HUEVOS RELLENOS CON BECHAMEL Y ATÚN 


Una receta fácil y deliciosa que va a encantar a todos en casa, queda una mezcla de sabor y textura riquísima, el huevo cocido con la bechamel cremosa y el toque del sabor que le da el atún, sumado al rebozado crujiente es una pasada, ideal como entrante, aperitivo, segundo plato o para disfrutar en cualquier momento y ocasión.

Ingredientes de los HUEVOS RELLENOS CON BECHAMEL Y ATÚN: . 6 Huevos 100 gr atún en conserva al natural, puede ser atún en conserva en aceite (Peso escurrido de aceite) 500 ml (2 tazas) de leche 40 gr (4 cucharadas) de harina de trigo todo uso o harina de trigo común 40 gr (4 cucharadas) de aceite de oliva virgen extra 1/2 cebolla 1/4 cucharadita de nuez moscada rallada o molida Pimienta negra recién molida Sal Harina de trigo común para empanar los huevos rellenos (Cantidad necesaria) Pan rallado para empanar los huevos rellenos (Cantidad necesaria) 2-3 huevos para empanar los huevos rellenos Abundante aceite (Para freír los huevos)


https://youtu.be/jLpSaNPcuAc


Canal FSemana Recetas : BACALAO A LA PORTUGUESA, ESPECIAL SEMANA SANTA

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BACALAO A LA PORTUGUESA, ESPECIAL SEMANA SANTA


Ingredientes del BACALAO A LA PORTUGUESA: . 3 trozos de bacalao desalado (Cada uno pesa 390 gr Aprox.) 1 pimiento rojo (Pimiento morrón) 1 pimiento verde 3-4 patatas dependiendo de su tamaño 2 cebollas 1 cucharada de pimentón dulce (Paprika) Sal Aceite de oliva virgen extra 120 ml (1/2 taza) de vino blanco Harina de trigo (La que admita al rebozar el bacalao) Un poco de perejil picado (Opcional)


https://youtu.be/rF1YtiN9oP8

Canal FSemana Historia : Los Dragones de la Tierra Media |

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Canal FSemana Literario : El retrato de dorian grey

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El retrato de dorian grey




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Canal FSemana Historia : Tesoros olvidados del Mediterráneo

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Tesoros olvidados del Mediterráneo


En el primer capítulo de esta serie de cinco, conocemos Argel, capital de Argelia. Una ciudad considerada reina del Mediterráneo y ciudad eterna que se extiende a lo largo de 15 km de longitud y 6 de ancho, al borde del mar.

Nacida en la antigüedad, fue codiciada durante siglos por todos los soberanos del Mediterráneo.
Tesoros olvidados del Mediterráneo: Argel Tesoros olvidados del Mediterráneo: Argel

Aquí se encuentra el Museo de Bellas Artes de Argel. Guarda la colección más asombrosa de arte universal africano y del Oriente Media. Son 800 obras repartidas en 4.200 metros cuadrados de exposición. Desde el Renacimiento hasta el arte



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Canal FSemana Historia : Los secretos de las pirámides • Los misterios de la gran muralla China

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Los secretos de las pirámides • Los misterios de la gran muralla China


Los mitos y misterios que envuelven las más icónicas y conocidas megaestructuras del planeta han sobrevivido al paso de los siglos alimentando la imaginación de la humanidad con las más variopintas teorías.¿Cómo se construyeron las pirámides y que ocultan sus cámaras secretas? ¿Cómo se usó arroz pegajoso para construir la Gran Muralla de China?



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¿OVNIS en el antiguo Egipto? Así parece revelar la misteriosa historia del Papiro Tulli

 

¿OVNIS en el antiguo Egipto? Así parece revelar la misteriosa historia del Papiro Tulli


Ancient Origins España y Latinoamérica
















El conocido como “Papiro Tulli” es un texto enigmático que algunos investigadores describen como el primer relato escrito de un avistamiento OVNI.


El conocido como “Papiro Tulli” es un texto enigmático que algunos investigadores describen como el primer relato escrito de un avistamiento OVNI. En este texto egipcio aparece descrito un evento ocurrido supuestamente durante la XVIII dinastía, alrededor del año 1480 a. C. Así pues, nos encontramos ante una apasionante e intrigante cuestión: ¿podría tratarse de la más antigua prueba conocida de la existencia de los extraterrestres?

El Papiro Tulli se hace famoso en todo el mundo

El antiguo Egipto ha llegado hasta nosotros por su increíblemente rica y antigua cultura, su maravillosa civilización y, también, por sus misteriosos dioses y algunas de las historias más peculiares del mundo antiguo. Una de estas extrañas y poco conocidas historias aparece en un antiguo documento egipcio conocido como el “Papiro Tulli.» Dicho documento, en lugar de ser el típico papiro egipcio, describe con gran detalle un espectacular avistamiento OVNI ocurrido supuestamente en el antiguo Egipto durante el reinado de Tutmosis III.

Este texto fue olvidado durante siglos antes de causar furor durante la década de 1930. Durante una visita a el Cairo, en 1933, Alberto Tulli (de quien el papiro toma su nombre), director de la sección egipcia de los Museos Vaticanos, descubrió supuestamente un interesante papiro en una tienda de antigüedades. Tulli pensó que el papiro era demasiado caro como para comprarlo, así que se limitó a realizar una copia del documento original, que luego se volvió a copiar reemplazando la escritura hierática original por jeroglíficos: un hecho que ha provocado que los incrédulos duden de la autenticidad del papiro.

Ejemplo de escritura hierática. Tablilla de ejercicios con extracto hierático de 'Las instrucciones de Amenemhat'. Dinastía XVIII, reinado de Amenhotep I, c. 1514-1493 a. C. (CC BY-SA 3.0)

Ejemplo de escritura hierática. Tablilla de ejercicios con extracto hierático de ‘Las instrucciones de Amenemhat’. Dinastía XVIII, reinado de Amenhotep I, c. 1514-1493 a. C. (CC BY-SA 3.0)

Sin embargo, Alberto Tulli y su supuesto papiro se convirtieron en todo un hallazgo dentro de los grupos de investigación ufológica, y muchos ufólogos han tomado el documento como fuente innegable de la existencia de vida extraterrestre. De hecho, consideran el papiro uno de los expedientes más antiguos conocidos en donde se describe una flota de platillos volantes.

A pesar de que el papiro se encontraba seriamente deteriorado y contenía varias lagunas, el Príncipe Boris de Rachewiltz logró traducirlo, declarando que el papiro formaba parte de los anales de Tutmosis III. Sin embargo, realmente hay un detalle sospechoso en toda esta historia: el texto no hace referencia en ningún momento al faraón por su nombre, un hecho que aumenta las sospechas y compromete aún más la autenticidad del papiro.

Texto copiado del Papiro Tulli pasado a escritura jeroglífica. (Lifting the Veil Forum)

Texto copiado del Papiro Tulli pasado a escritura jeroglífica. (Lifting the Veil Forum)

Son dos las traducciones realizadas de forma independiente del antiguo texto egipcio: una elaborada por el príncipe Boris de Rachewiltz y la otra llevada a cabo por el antropólogo R. Cedric Leonard. La que traemos a continuación es la proporcionada por el príncipe Boris de Rachewiltz:

En la sexta hora del día del tercer mes de invierno del año 22, los escribas de la Casa de la Vida descubrieron un círculo de fuego que venía del cielo (aunque) sin cabeza, con una amplia boca (que desprendía) un olor fétido. La longitud de su cuerpo era de una vara (unos 45 metros) y también su envergadura, no tenía voz… Sus corazones se confundieron al verlo; entonces se tendieron sobre su vientre. Acudieron al rey… (?) a informarle. Su majestad ordenó que se examinara todo lo que está escrito en los rollos de papiro de la Casa de la Vida. Su Majestad estaba meditando sobre lo que había ocurrido. Luego, cuando ya habían transcurrido algunos días, Lo! Se hicieron más numerosos que nunca. Iluminaban el cielo más que el sol a los límites de los cuatro soportes del cielo. Poderosa era la posición de los círculos de fuego. El ejército del rey seguía mirando, y su Majestad se encontraba en medio de él. Era después de la hora de la cena. A continuación, los círculos de fuego se elevaron aún más en dirección sur. Peces y aves cayeron del cielo. ¡Una maravilla nunca vista desde la fundación de esta Tierra! Hizo su majestad traer incienso para apaciguar el corazón. Lo que sucedió en el libro de la Casa de la Vida será recordado por toda la eternidad.

Retrato del príncipe Boris de Rachewiltz, uno de los traductores del Papiro Tulli. (From an Oblique Angle)

Retrato del príncipe Boris de Rachewiltz, uno de los traductores del Papiro Tulli. (From an Oblique Angle)

Por su parte, R. Cedric Leonard ofrece una traducción más comprensible que puede ayudar a entender un poco mejor la esencia del texto:


En la sexta hora del día del tercer mes de invierno del año 22, […] los escribas de la Casa de la Vida observaron que desde el cielo venía un extraño disco de fuego. No tenía cabeza. El aliento de su boca emitía un olor fétido. Su cuerpo tenía una vara de largo y una de ancho. No emitía voz alguna. Vino hacia la casa de su Majestad. Su corazón se confundió al verlo, y cayeron sobre su vientre. Acudieron al rey para informarle. Su majestad [ordenó que] se consultaran los rollos [situados] en la Casa de la Vida. Su Majestad meditó sobre todos estos acontecimientos que se estaban sucediendo.

Después de varios días, llegaron a ser más numerosos en el cielo que nunca. Brillaban en el cielo con más fuerza que el propio sol, extendiéndose hasta los límites de los cuatro soportes del cielo […] Poderosa era la posición de los discos de fuego.

El ejército del rey miraba, con su Majestad en medio de ellos. Fue después de la comida de la noche cuando los discos se elevaron aún más en el cielo hacia el sur. Peces y aves cayeron entonces del cielo: una maravilla nunca antes vivida desde la fundación del país. Y su Majestad hizo que se quemara incienso para apaciguar el corazón de Amón-Ra, dios de las Dos Tierras. Y [ordenó] que el acontecimiento [quedara registrado para] su Majestad en los anales de la Casa de la Vida [para que fuese recordado] para siempre.

R. Cedric Leonard también tradujo el Papiro Tulli. (Atlantisquest)

R. Cedric Leonard también tradujo el Papiro Tulli. (Atlantisquest)

¿Debe el Papiro Tulli ser considerado una fuente creíble?

Como se deriva de la propia traducción del antiguo texto, este supuesto avistamiento OVNI se produjo en torno al año 1480 a. C. y fue presenciado por muchas personas. Es bastante seguro asumir que los antiguos egipcios no habrían confundido estos “discos de fuego” con un raro fenómeno astronómico o meteorológico, ya que estaban muy avanzados en ambos campos. Sus conocimientos en astronomía y otras ciencias hacen que muchos historiadores crean que los egipcios habrían sido capaces de diferenciar entre un fenómeno astronómico y un incidente extraño e inexplicable, como el descrito en el texto del Papiro Tulli.

Imágenes de la tumba de Senenmut relacionadas con la astronomía. (Public Domain)

Imágenes de la tumba de Senenmut relacionadas con la astronomía. (Public Domain)

Sin embargo, no deberíamos dejarnos llevar por conclusiones precipitadas. Por el contrario, hemos de tener en cuenta que el Papiro Tulli no es un auténtico papiro, sino la traducción de una transcripción moderna de un presunto antiguo documento egipcio cuyo paradero se desconoce actualmente. Además, solo ha dado testimonio de la existencia de tal documento un único individuo (de Rachewiltz), y en consecuencia no se puede llevar a cabo estudio científico alguno sin analizar el papiro original para comprobar su autenticidad. Por lo tanto, en este momento de la historia sería inútil analizar en mayor profundidad qué podían ser aquellos “círculos de fuego”, ya que la propia existencia del texto original es dudosa.

Imaginativa representación de un OVNI sobrevolando camellos y pirámides. (Planeta Azul)

Imaginativa representación de un OVNI sobrevolando camellos y pirámides. (Planeta Azul)

El debate debe permanecen abierto hasta hallar evidencias adicionales que nos permitan verificar si la historia en su conjunto es o no un mero engaño. Así que, como por ahora sólo podemos especular, haremos nuestra aquella famosa frase que repetiría una vez más el agente Mulder de la serie Expediente X: ¡la verdad está ahí fuera!


Antiguo Egipto: El engaño milenario sobre Cleopatra: ¿fue su suicidio una gran estafa histórica?

 

Antiguo Egipto: El engaño milenario sobre Cleopatra: ¿fue su suicidio una gran estafa histórica?







La leyenda afirma que la reina se quitó la vida mediante la picadura de un áspid, pero… ¿cuál fue?





Del suicidio de Cleopatra VII (sucedido el 12 de agosto del 30 A.C.) no queda crónica alguna escrita de primera mano por un testigo. Y, si la hubiese, se ha esfumado en el devenir del tiempo. El texto más fidedigno parece ser el del biógrafo Plutarco, nacido unos cien años después que la reina. Más allá de que se sostenga o no su narración, lo cierto es que esta versión es la que ha pasado a los libros de texto. El autor afirma que, tras saberse cercada por su némesis Cayo Julio César Octaviano (más conocido como Octavio) y conocer la muerte de su amante Marco Antonio, se quitó la vida haciendo que un áspid le inyectara su ponzoña. «Revestida de sus mejores galas […] en una estancia perfumada, aproximó a sus venas la serpiente, que irritó hasta hacer que le mordiera inyectándole el veneno que le quitaría la vida tras sumirla en un sopor del que no despertaría», explicaba el autor.

Sin embargo, a lo largo de los siglos esta teoría ha sido matizada por unos y desarticulada por otros. No parece extraño, pues la narración alberga unos agujeros tan grandes como el guión de laoctava temporada de Juego de Tronos (disculpen a este fan todavía airado…). ¿Dónde diantre mordió la serpiente a la «reina ramera» (como la describieron los partidarios de Octavio)? ¿Es posible que se clavara en realidad una aguja cargada con un líquido mortal? El vivo ejemplo de que el suicidio de Cleopatra, la mujer que cautivó con sus encantos a César Marco Antonio, alberga todavía más oscuros que claros fueron las declaraciones que hizo el profesor de Historia Antigua Christoph Schaefer a la CNN en 2010. En las mismas afirmó que, según sus investigaciones, la monarca se había metido entre pecho y espalda un brebaje cargado de droga. «No hubo cobra», explicó.

En lo que sí coinciden una buena parte de los expertos en toxicología es en que parece extraño que la reina decidiera quitarse la vida mediante la mordedura de un áspid, pues esta no siempre es mortal. Aunque la catedrática en química Adela Muñoz Páez (autora de«Historia del veneno. De la cicuta al polonio» -Debate, 2012-) recuerda que algunas sí que son letales. Parafraseando al médico del siglo XVI Andrés Launa, la experta confirma que «hay tres mortíferas especies de áspid»: la «chersea», la «chelidonia» y la «ptyada». «En el hombre, la dosis letal de su veneno es de 25 miligramos, mientras que la cantidad que una de estas serpientes inocula con su mordedura oscila entre 150 y 350 miligramos. Esta dosis provoca unos [peligrosos] síntomas que se manifiestan de manera inmediata», desvela en la mencionada obra. Así pues, aunque la posibilidad existe, la cuestión sigue abierta.

Personaje vilipendiado

La muerte de Cleopatra VII, nacida en el 69 a.C. en el seno de la dinastía Ptolomea, se sucedió en un contexto de guerra y después de que Octavio extendiera, escribanos y escritores mediante, una dolorosaleyenda negra que la mostraba como una ramera capaz de engatusar a cualquier hombre para hacerse con el poder. No en vano, el futuro emperador logró que el pueblo romano la viera como una «mujer fatal» obsesionada por el alcohol. El poeta Horacio, por ejemplo, la tildó de «insensata, colmada de una locura ambición y embriagada por un éxito insolente». No podemos negar que utilizó su inteligencia para sus propios fines (los textos del propio Plutarco no la describen como especialmente bella); pero, según desvela Belén Ruiz Garrido, Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Málaga, parece que el odio hacia este personaje lo fomentaron sus enemigos más cercanos.

Tras la batalla naval de Actium (31 a.C.), en la que Cleopatra y Marco Antonio sucumbieron ante las fuerzas de Octavio, los caminos de los dos amantes se separaron. El general se recluyó en la isla de Faros asolado por la vergüenza de la derrota (y, al parecer, también por la amargura de haber sido abandonado en mitad de la contienda por los buques de su amada).

Batalla de Actium
Batalla de Actium

Por su parte, la monarca volvió a Alejandría y se propuso seguir al frente de Egipto al precio que fuera. Su desesperación fue tal que, cuando su némesis estaba a tiro de piedra ansioso de acabar con ella, le envió una misiva ofreciéndole Egipto a cambio de que dejase gobernar a sus hijos. Pero su destino estaba sellado. El romano ni siquiera respondió y se preparó para enfrentarse a aquella «mujer fatal».

A pesar de haber sido abandonado, el amor pudo a Marco Antonio, quien intentó reunir un ejército para defender a Cleopatra. No le sirvió de nada. La mayor parte de sus hombres desertaron y el general se retiró mientras culpaba de su destino a la reina. Su final llegó, según el mito, cuando le informaron de la falsa muerte de su amante. «El general, enloquecido, se clavó la espada en el mismo momento en el que el secretario de la reina llegaba anunciando que seguía viva. Marco Antonio fue llevado junto a Cleopatra y murió en sus brazos», desvela Muñoz en su obra. Poco después, la desesperada mandamás se enteró de que Octavio pretendía llevarla a Roma y exhibirla como un trofeo, así que urdió un plan para acabar con su vida.

La versión más popular

Según Plutarco, Cleopatra envió tras la cena una nota de suicidio a su enemigo en la que le pedía respetarar la vida de sus hijos. «Tomó unas tablillas sobre las que escribió a Octavio y las mandó enviar. Enseguida hizo salir a todos los que estaban en su mausoleo, excepto a sus fieles sirvientas Iras Charmian, y cerró la puerta. Cuando la tablilla llegó a manos de Octavio y este leyó los ruegos desgarradores con los que Cleopatra le pedía ser enterrada junto a Antonio, Octavio supo lo que había hecho».

Después de darse un baño, solicitó que un esclavo acudiera con un cesto hasta la sala en la que se había recluido. Un recipiente en el que ordenó que escondiera una serpiente. «Al preguntarle los guardias qué traía en el cesto, el campesino abrió la tapa y mostró un cesto lleno de higos. Los guardias admiraron su tamaño y su aspecto y el campesino los invitó a tomar uno. Su franqueza y naturalidad disipó toda sospecha. Lo dejaron entrar», añadía el biógrafo.

Marco Antonio
Marco Antonio

Cuando recibió aquel cesto, y junto a sus dos sirvientas, se dispuso a dejar este mundo. «Entonces, revestida de sus mejores galas, se colocó junto al cadáver de Antonio, en una estancia perfumada, y aproximó a sus venas la serpiente que irritó hasta hacer que le mordiera inyectándole el veneno que le quitaría la vida tras sumirla en un sopor del que no despertaría», dejó escrito Plutarco. Según esta teoría, la serpiente habría atacado hasta en tres ocasiones. Una a la reina y una a cada esclava. A su vez, el suicidio se habría producido poco antes de que Octavio arribara hasta el mausoleo.

Con todo, las teorías se cuentan por docenas. Algunos historiadores afirman que el animal llegó en un gran cesto que también incluía uvas. Según otros, lo hizo en realidad en una corona de floresdestinada a la monarca. El también biógrafo del siglo II Suetonio, por su parte, fue partidario durante su vida de que el general romano, ávido de llevarla a la capital, trató de darle un antídoto sin éxito. Parece una misión imposible averiguar qué sucedió en aquellos muros. De hecho, y siempre según Muñoz, el mismo Plutarco confesó en sus textos no conocer con exactitud la causa del fallecimiento.

Serpiente asesina

La teoría de la serpiente es la más extendida. Sin embargo, plantea serias dudas. Una de ellas es de qué clase era la víbora que acabó con la vida de Cleopatra. Muñoz recoge en su obra -basándose en las investigaciones de Laguna- las tres posibilidades más plausibles. En sus palabras, la primera sería la «chersea» o «terrestre», un animal que permanece la mayor parte del año bajo tierra y que «tiene color de limo inclinante a lo ceniciento». La segunda se correspondería con la «chelidonia», de lomo negro y vientre blanco. «Tiene la chelidonia sus cavernas junto a la orilla de los ríos y se halla muy frecuente por las riberas del Nilo», añade el autor. La «ptyada» sería la última, característica por levantar el cuello para escupir desde la lejanía a su presa.

A pesar de que incluyó estas tres especies entre las posibles, el autor tampoco tenía claro, ya en el siglo XV, cuál de ellas había sido la culpable: «Sienten los mordidos del áspid gran estupor y entorpecimiento de miembros, frialdad notable y pesadumbre de todo el cuerpo, y, finalmente, un profundo sueño tras el cual siguen el espasmo universal y la muerte. De la chelidonia se escribe que en mordiendo despacha, y, así, es opinión de algunos que con ella se mató la reina Cleopatra; otros autores porfían que con la ptyada perpetró aquella hazaña». Mención a parte requiere la teoría de que el animal mordió a tres personas diferentes en el mausoleo, algo que parece imposible para algunos expertos.

La muerte de Cleopatra
La muerte de Cleopatra

Aunque es difícil saber hasta qué punto es plausible que una cobra acabara con la vida de Cleopatra, lo que es innegable es que, según Muñoz, el veneno que una víbora inocula en un ser humano es aproximadamente de entre 150 y 350 miligramos. Y la cantidad letal es apenas de 25 miligramos. Así que, al menos desde el punto de vista científico, la posibilidad es real. Con todo, y a sabiendas de que las toxinas tardan horas en hacer efecto, a la experta le resulta extraño que Octavio (que se hallaba a pocos kilómetros del palacio cuando la reina se suicidó) no intentara reanimarla para llevarla a Roma. De la misma opinión es el divulgador Pedro Palao Ponsquien, en su libro «Los misterios de los venenos» (De Vecchi, 2008), afirma que el general habría podido salvarla sin ninguna dificultad.

En palabras de Muñoz, lo más lógico es que, al arribar al mausoleo, la egipcia estuviera pasando por alguna de las fases posteriores a la inoculación del veneno. «Todo comienza con la merma de las capacidades músculo nerviosas, que provocan la caída de los párpados, la visión borrosa y la dificultad para respirar o hablar. Continúan con cefaleadesvanecimientovértigoparálisis ocular y parálisis flácida general. En estadios más avanzados aparece parálisis progresiva de los músculos intercostales y el diafragma», añade la experta. ¿Por qué Octavio no le dio un antídoto?, ¿es posible que falleciera de otra forma?, ¿la dejó morir a propósito? En la actualidad, más de dos milenios después, tan solo podemos especular con lo que sucedió.

Contra la teoría oficial

La teoría de la serpiente es la más extendida, en efecto, pero a lo largo de las décadas se han contado por decenas los expertos que han barajado otras posibilidades. Una de las tesis que más repercusión tuvo fue la de Christoph Schaefer, un profesor de historia de la Universidad de Trier partidario de que, probablemente, se suicidó mediante algún veneno que acabó con su vida al instante.

Cleopatra, junto al áspid
Cleopatra, junto al áspid

En sus palabras, esta tesis es plausible ya que, según multitud de papiros de la época, la monarca era una experta en fabricar brebajes letales y una estudiosa de los mismos. Muñoz también baraja esta posibilidad y, en su obra, desvela que Cleopatra pensó utilizar el beleño o la estricninca. Sin embargo, difiere de su colega y sentencia que rechazó ambos. El primero, por los terribles sufrimientos que provocaba. Y el segundo, porque dejaría su cadáver desfigurado, y ella quería permanecer bella hasta el final.

Schaefer, tras analizar los textos antiguos y trabajar codo con codo con el toxicólogo alemán Dietrich Mebs, llegó también a la conclusión de que lo más probable es que Cleopatra utilizara una mezcla de cicutaopio acónito (considerada como una de las plantas más venenosas de Europa) para darse muerte junto a sus sirvientas. «El opio aporta tranquilidad, con él, uno puede caer en un sueño mortal e indoloro», desveló.

Pero el historiador no solo aportó esta nueva teoría, sino que, además, cargó contra la tesis oficial sobre la muerte de Cleopatra. Según explicó a la CNN, es imposible que la reina eligiese morir mediante una mordedura de serpiente porque sabía que estos animales no siempre son mortales. «Además, no es un método rápido. Es una muerte horrible que tarda horas en producirse y paraliza varias partes del cuerpo, incluyendo los ojos», explicó. Para apuntalar esta tesis se basó en los textos del historiador romano Dión Casio, quien afirmó que la monarca había tenido «una muerte tranquila y sin dolor». Por último, también señaló que, en pleno agosto, la serpiente en cuestión no se habría quedado en el mausoleo, sino que habría huido de allí para evitar el calor antes de atacar.

Otras tesis

Otra de las hipótesis más populares es la que afirma que Cleopatra se suicidó mediante unas hojas de cicuta que extrajo de una corona que llevaba en la cabeza. Palao no cree en ella. Por el contrario, es partidario de que la cantidad de veneno que podía estar escondido en el tocado es minúscula.

«Calculan que adornando el cabello de la reina podría haber unos 2 mililitros de veneno, cantidad insuficiente para morir ya que, para causar la muerte, se precisarían unos 30 mililitros de solución concentrada; si, además, hacemos caso a Plutarco, que deja entrever que las criadas también ingirieron el mismo veneno, se habrían necesitado otros 60 mililitros para acabar con ellas. Las hojas que nacen del árbol de la cicuta contienen solo el 0,5 por ciento del tóxico. Entonces una de dos, o Cleopatra tenía un jardín botánico sobre su cabeza -cada planta supera un metro de altura- o la cosa no cuadra», señala.

«Calculan que adornando el cabello de la reina podría haber unos 2 mililitros de veneno, cantidad insuficiente para morir»

Para terminar, hace algunos años el canal Discovery Channel barajó la posibilidad de que Cleopatra no se hubiese suicidado, sino que hubiera sido asesinada por Octavio. Según el documental elaborado por la cadena, el general romano habría llegado al mausoleo a tiempo para evitar la muerte de la reina. Sin embargo, prefirió dejarla fallecer (o incluso darle muerte) amparándose en la nota de suicido que había recibido. Y es que, si volvía con la reina a Roma, sabía que podía generarse cierto revuelo en torno a ella y a Cesarión (el hijo que había tenido junto a Julio César).

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