Iván es un vecino cualquiera de Badalona. Desde hace 30 años, el joven hace su vida en el barrio de Bufalà, donde también residen su madre y su hermano. Sin embargo, la tranquilidad de su día a día se vio truncada hace una semana por dos okupas que invadieron uno de los áticos del edificio tras acceder por el terrado comunitario, en la calle John Lennon.
Lejos de pasar desapercibidos, los okupas, un hombre y una mujer, comenzaron a provocar molestias: golpes fuertes y ruidos en el piso en el que se habían metido que hicieron saltar las alarmas de los vecinos, incluido Iván. "El primer fin de semana estuvieron en silencio, sin llamar la atención", explica el hombre a Metrópoli. "Cuando ya no pudieron ocultarse, fui a hablar con ellos y me chulearon mientras me decían que ya habían pedido unas pizzas a domicilio y tenían el tique de la compra, por lo que nadie los podría echar". Una estrategia bastante utilizada por estas personas, que intentan demostrar su residencia en los inmuebles que asaltan con justificantes de comida.
CUCHILLO EN MANO
El calvario comenzó el pasado 25 de febrero, un sábado. Los okupas aprovecharon la posición del edificio, que separa dos comunidades unidas por la misma escalera. "Petaron el bombín de la puerta del terrado, saltaron un pequeño muro y se metieron en el piso por la terraza", detalla Iván, que se dio cuenta del allanamiento por los ruidos provenientes de la casa vacía y porque se percató de que la entrada a la vivienda estaba abierta.
Con todo, Iván no se acobardó en ningún momento. La convivencia con la pareja se hizo tan insoportable que al vecino no le quedó más remedio que enfrentarse a ella: "A mi madre la han amenazado muchas veces e incluso nos dijeron que envenenarían a mis perros. A mí me dijeron que sabían dónde trabajaba". Unos comentarios que colmaron su paciencia y lo hicieron protagonizar unos polémicos vídeos difundidos en las redes sociales días después, en los que se ve a Iván al más estilo Rambo: con un cuchillo en la mano desde el terrado encarándose con los okupas, que se encuentran en la terraza de abajo. "Si me tengo que ir a Brians, lo haré por la puerta grande", sentencia.
AGRESIONES
Pasadas tan solo unas horas del citado episodio, el 28 de febrero, tuvo lugar otro suceso en el que se vio implicado un joven ajeno a todo. "Ese día, los okupas estaban asomados a la terraza y hablaban con un conocido suyo que estaba en la calle", recuerda el ciudadano. "El chaval que estaba fuera, no sé porqué, saltó a la carretera e intentó hacer ver que un coche lo atropellaba. El conductor, otro chico joven, iba con su novia". Ambos iniciaron una discusión que terminó con el conductor del vehículo yéndose, pero volviendo al cabo de unos minutos para continuar la pelea, ya sin su pareja.
Iván, al ver la subida de tono, bajó armado: "Fui con un martillo en la mano y con un cuchillo en la otra para ayudar a ese chico, que no tenía culpa de nada", defiende el vecino. El falso atropellado, que escapó en un primer momento, regresó tapado con un pasamontañas para enfrentarse a ellos. "Llevaba un spray de pimienta y al chico lo roció con él. A mí me pegó en el labio". Un conflicto que terminó con los Mossos d'Esquadra acudiendo al lugar y levantando acta. Sin embargo, el agresor huyó.
DESALOJO
Tras la denuncia pertinente, el desalojo se produjo poco después. Agentes de la policía catalana fueron al inmueble, junto con un cerrajero y un operario de Prosegur, y los echaron: "Ella, que es con quien más roce había tenido, no dijo ni mu. Pero el hombre se encendió en seguida y cambió su versión 50 veces. Primero dijo que él solo estaba allí para protegerla a ella, que se medicaba y necesitaba ayuda. Terminó amenazándome y diciendo que aquello no se quedaría ahí", relata Iván.
La paz, sin embargo, no se instauró en Bufalà. El okupa, que es conocido en todo el barrio, rondó la zona varios días más. "Yo no lo vi, pero mi madre me llamó un día nerviosa porque lo había visto con un cuchillo enfrente de la portería, esperándome". ¿Cuál es el foco? Según los vecinos, la okupación está a la orden del día en el barrio. De hecho, el hombre protagonista de este artículo proviene de otro bloque de pisos de la calle Sardana. Un edificio que el exalcalde Xavier García Albiol tapió en su mandato. "Pero, tras irse del gobierno, aquello degeneró y se volvieron a meter. De ahí sale todo lo que está pasando por aquí". Es en este inmueble precisamente donde reside actualmente el delincuente, al que se le suele ver tomándose unas cervezas en una plaza.
ORDEN DE ALEJAMIENTO
Iván y su madre, que ha denunciado activamente a través de TikTok la situación, acudieron al juicio este miércoles, 8 de marzo, donde estuvieron a "poco menos de cinco metros" de los okupas, que testificaron agresiones por parte de la familia. "Una acusación que no se sustenta", asegura Iván, que ha pedido una orden de alejamiento contra ellos tras ver la constante persecución a la que es sometido estos días.
Aún así, el joven ha explicado a este medio que se ha ido de Badalona "un tiempo, hasta que las cosas se calmen" y salga la sentencia. Aunque dice que la "inseguridad" todavía se palpa.
PREOCUPACIÓN CONSISTORIAL
A pesar del sinvivir, la víctima ha destacado el trabajo de la policía, tanto de Mossos como de la Guardia Urbana: "Montaron una patrulla fija en la puerta de casa y nos ayudaron".
El equipo del alcalde Rubén Guijarro también se preocupó por la situación y acudió al lugar para mostrar su solidaridad con la problemática. Lo mismo hizo Albiol en una ronda de contactos que mantiene desde hace meses con los vecinos de los distintos barrios del municipio.