viernes, 7 de noviembre de 2025

Canal Viajar : La biblioteca más grande del mundo es también la más bonita: tiene 200.000 volúmenes, arquitectura barroca y frescos en el techo

 

No restamos mérito a las impresionantes metrópolis norteamericanas, a la profunda cultura asiática ni a la naturaleza desbordante hispana, pero hay algo en los grandes monumentos europeos que nos sobrecoge cada vez que los contemplamos.

No son necesariamente los más transitados ni los más famosos nuestros favoritos. Al contrario, las grandes joyas son aquellos rincones cargados de historia que, probablemente, no se nos ocurrirían si nadie nos los propone. Para eso estamos nosotros, claro.

Hoy viajamos al estado de Estiria, en Austria. Es allí, a la rivera del río Enns, junto al Parque Nacional Gesäuse, donde encontramos la Abadía de Admont, o Stift Admont en alemán. Y, en su interior, se esconde la biblioteca monástica más grande del mundo.

Así es la Abadía de Admont

Admont cuenta con el monasterio más antiguo de la región. Bajo la circunscripción de la abadía se abarcan 27 iglesias, 4 museos y una fantástica biblioteca. Pero empecemos por el prinicpio.

Corría el siglo XI cuando Santa Emma de Gurk, condesa de la zona, ingresó en el convento de Gurk y se desprendió de sus bienes. Sus tierras, que no eran pocas, fueron donadas para la construcción de un monasterio. En el año 1072, dos décadas después del fallecimiento de la santa, el Arzobismo Gebhard de Salzburgo comenzó la construcción de la abadía, que quedó consagrada en honor a San Blas.

En los siglos siguientes la abadía no paró de crecer. En 1120 se anexionó un convento de monjas que acabaría ganando prestigio internacional por el alto nivel educativo y cultural que promulgaban. En 1518 se construyó la famosa capilla de la abadía, de estilo gótico, que firmó el arquitecto Andreas Lacker y se completó con un altar real adorrnado por una Virgen de Admont que databa de 1310. En 1644 se adiciona al conjunto un colegio de secundaria.

La biblioteca de la Abadía de Admont

Hay que esperar al año 1764 para ver cómo se comienza a construir la biblioteca. El abad de entonces, Matthäus Offner, encargó al arquitecto Josef Hueber que desarrollara el proyecto. Hueber, cuyas ideas estaban fuertemente influidas por el pensamiento de la ilustración, concibió este espacio como un lugar donde se representara el punto de encuentro entre fe y razón.

La biblioteca se estructura en una gran nave central de estilo barroco tardío europeo y de 70 metros de largo y 14 de ancho. A ambos lados de la gran cúpula central hay dos naves laterales que suman otras seis cúpulas al conjunto.

Para ello, encargó a Bartolomoeo Altomonte, que de aquella contaba ya con 80 años, que pintara los frescos que hoy adornan los techos de la biblioteca. El trabajo de Altomonte representa las 7 escenas del desarrollo del conocimiento humano, comenzando por el lenguaje, pasando por el raciocinio y la ciencia, y terminando en la revelación divina.

También colaboró el escultor Josef Stammel, que creó bustos y relieves tallados sobre madera de tilo y posteriormente bronceados. Se conservan 16 de sus esculturas.

Pero lo más impresionante no es el continente, sino el contenido. La abadía cuenta con 200.000 ejemplares, de los cuales 70.000 son libros, 1.400 son manuscritos recogidos desde el siglo VIII y 530 son incunables, es decir, primeros impresos antes del año 1500. El más antiguo de todos ellos es contemporáneo de la abadía: pertenecía a la Abadía de San Pedro en Salzburgo y el arzobispo se lo regaló a los primeros monjes de Admont cuando se instalaron.

La visita a la Abadía de Admont

La abadía está abierta al público de abril a diciembre. En invierno permanece cerrada, pero acepta visitas concertadas. La entrada cuesta 16,5 € y cubre tanto la visita a la biblioteca como a los cuatro grandes museos que hay en la abadía: el Museo de Historia del Arte, el Museo de Historia Natural, el Museo Gótico y el Museo de Arte Contemporáneo.

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