La costa mediterránea está plagada de pequeñas calas y algunas de las más hermosas se encuentran en la Costa Brava, en Catalunya.
Puede que la cala de la que te hablaré ya no sea un tesoro escondido, pues ha ganado popularidad en los últimos años gracias al auge de las redes sociales, pero sigue siendo un lugar mágico para visitar, en especial fuera de temporada cuando se puede disfrutar con más tranquilidad de su belleza.
Una cala diminuta en el Camino de Ronda
Al norte de Palamós, entre la cala de la Fosca y la playa del Castell, hay una diminuta cala rodeada de pinos y con coloridas casitas coloridas, que es una de las más bonitas de la Costa Brava: la Cala s'Alguer.
Con solo unos 40 metros de largo y unos 4 de ancho, esta hermosa cala de rocas con aguas cristalinas rebosa encanto.
Alineadas frente al mar y resguardadas bajo los pinos de la Pineda d’en Gori hay unas antiguas barracas de pescadores (la más antigua data del año 1521), ahora reconvertidas en segundas residencias. En ellas solían guardar los pescadores su material de pesca y se protegían de las inclemencias del tiempo.
Con sus paredes blancas y puertas y ventanas pintadas de diferentes y llamativos colores, estas casitas (conocidas como “botigues”) son el contraste perfecto con el azul turquesa del mar y la naturaleza verde que envuelve la cala.
Las barquitas de pescadores varadas frente a las cabañas recuerdan la antigua función de este precioso enclave y contribuyen a la sensación de que este rincón está detenido en el tiempo.
Cómo llegar a la cala de S’Alguer
La mejor forma de llegar a la Cala de s’Alguer es desde Palamós por el camino de Ronda, un sendero bien señalizado que bordea la costa y ofrece impresionantes vistas al mar mientras serpentea c
Para quienes prefieran llegar en coche, el aparcamiento más cercano está a unos 200-300 metros, en la playa de Castell. Desde allí, debes finalizar el recorrido a pie, atravesando la pineda por un sendero rústico.
Es una cala ideal para practicar deportes acuáticos como el kayak o el paddle surf o para hacer snorkel, pues su fondo marino es precioso y es fácil ver corales, estrellas de mar y peces (hay que conservarlo, ¡no lo toques!). Eso sí, recuerda que en la cala no hay duchas ni servicios y que, al tratarse de una playa de rocas, conviene llevar escarpines para evitar rasguños o cortes en los pies.
Declarada bien cultural de interés nacional
El perfecto estado de conservación de las casitas y su indudable valor paisajístico les valieron en 1972 el título de Paisaje Pintoresco.
Más recientemente, en 2004, la cala s’Alguer fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya. La declaración destaca que “es una de las pocas zonas en la costa Brava que no se ha degradado por la actividad constructiva indiscriminada e inadecuada.”
Hoy en día, la Cala s’Alguer suele estar bastante concurrida en el punto álgido del verano y puede ser difícil encontrar un espacio donde poner la toalla. No obstante, sigue siendo un lugar que merece la pena visitar en cualquier época del año. En primavera u otoño, aunque no sea el momento ideal para disfrutar de sus aguas, puedes sentarse a la orilla del mar a leer un libro o simplemente a contemplar el paisaje y disfrutar de la paz que transmite.




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